El número de divorcios en México se cuadruplicó en tres décadas, al pasar de cuatro por cada 100 matrimonios en 1980, a 16 en el año 2011, según cifras del Instituto Nacional de Estadística y Geografía (Inegi).
De acuerdo con las cifras oficiales, en 2011 se registraron 91 mil 285 divorcios, pero el número de separaciones es mayor, pues se estima que el doble de parejas en esa condición no concluyen el proceso legal.
En un comunicado de la Universidad Nacional Autónoma de México (UNAM), el investigador Rolando Díaz Loving, de la Facultad de Psicología, mencionó que los índices son mayores en los estados del norte y en la zona metropolitana de la ciudad de México.
Expresó que el grado de avance económico, social, político y educativo de la mujer es más alto en sitios donde hay mayor cantidad de actos legales que ponen fin al contrato matrimonial.
Mientras que las premisas socio-culturales de supremacía del hombre y sacrificio de la mujer son más elevadas en las entidades federativas con niveles más bajos de divorcio.
Y también es cierto que los estados más tradicionales, donde el divorcio es más bajo, tienen los índices de violencia intrafamiliar más altos.
El psicólogo mencionó que en el siglo XX se dio un nuevo ciclo de emancipación y empoderamiento de las mujeres.
“Ante ello, de manera general podemos decir que si no se presentan relaciones equitativas y no se reconoce de manera constructiva el desarrollo de las mujeres, deciden no continuar en uniones que impiden su aportación a ellas mismas, a sus familias y a la sociedad”, destacó.
El investigador señaló que aún cuando los divorcios han aumentado en México, en los países desarrollados los índices sobrepasan la mitad de los matrimonios.
Díaz Loving consideró que una posible explicación a esa situación se deriva de la sanción social y religiosa que existe alrededor del matrimonio, en la que las normas y creencias indican que es un compromiso que debe durar toda la vida.
Sin embargo, “los datos señalan que la vida separa más parejas que la muerte”, comentó.