El disidente cubano Oscar Elías Biscet tenía una invitación para estar este miércoles en la Casa Blanca en la ceremonia del cincuenta aniversario de la Medalla Presidencial de la Libertad, galardón que le fue entregado a él en 2007.

Sin embargo, no pudo salir de Cuba.

Su esposa, Elsa Morejón, sí estuvo en la ceremonia del premio, que fue instituido por el presidente John Fitzgerald Kennedy como el máximo galardón que otorga a civiles el gobierno de EE.UU.

En 2010 Biscet fue uno de los pocos presos políticos liberados que quiso quedarse en Cuba y está sujeto a la llamada «licencia extrapenal», una especie de libertad condicional que le impide salir del país.

El premio de Biscet se lo dio en 2007 el entonces presidente George W. Bush.

«Un mensaje contundente a la dictadura de Castro porque yo estaba preso y eso aceleró el proceso de mi liberación», dijo Biscet.

Y aunque el disidente sigue agradeciendo el gesto estadounidense, no comparte el criterio expresado por el presidente Barack Obama durante su reciente visita a Miami, de que en Cuba se están produciendo cambios.

Perfeccionamiento del comunismo

A principios de noviembre Obama se reunió en Miami con los opositores cubanos Guillermo Fariñas y Berta Soler durante una cena para recaudar fondos, y allí dijo que en Cuba están cambiando las cosas.

«Lo que hay es un proceso de perfeccionamiento de su comunismo, son cambios dentro de la dictadura», dijo Biscet  en La Habana, Fernando Ravsberg.

Aunque agradece «al presidente (Obama) por este gesto hacia dos ciudadanos sencillos (Fariñas y Soler)», Biscet pidió que se haga «un profundo análisis de la situación cubana y que se genere un apoyo directo, firme y decisivo hacia nuestro pueblo».

«Los contactos (de Washington) con la disidencia son un mensaje de solidaridad que está enviando el presidente, así como lo hizo el presidente Bush».

Sin embargo, el apoyo de Washington no ha podido evitar que la disidencia viva momentos críticos, como parecía reconocer el exembajador de EE.UU. Jonathan Farrar en comunicaciones enviadas al Departamento de Estado, que fueron reveladas posteriormente por WikiLeaks.

Óscar Elías Biscet, foto de Raquel PérezBiscet fue uno de los pocos disidentes que se quedó en Cuba cuando fueron liberados en 2010.

La mayoría de los presos de conciencia cubanos liberados en 2010 optaron por irse a España con sus familias y sólo una docena decidieron permanecer en Cuba bajo libertad condicional, entre ellos Biscet.

Esos 12 excarcelados intentaron unificar la oposición, pero sus esfuerzos han sido infructuosos, ya que la disidencia continúa fragmentada en pequeños grupos.

Poco antes de partir hacia EE.UU., Morejón aseguró que quiere «informarle al presidente de la falta de libertad que existe en mi país y de la situación de los presos políticos. Quedan muchos y a los que salieron en el 2010 no los dejan viajar».

Incertidumbre

Más allá de las condecoraciones y los gestos protocolares, nadie parece saber a ciencia cierta por qué Obama inició está última ronda de contactos con la disidencia cubana, según explica Fernando Ravsberg.

«Hay quienes piensan que podría enmarcarse dentro de la campaña para recaudar fondos entre la comunidad exiliada en EE.UU, aunque el reconocimiento de que hay cambios en proceso en la isla hace más difícil comprender el rumbo que tomará su política hacia Cuba».

«El ambiente parece aún más enrarecido luego de que Washington enviara a su representación diplomática en La Habana un mensaje abierto ‘-que podría leer el gobierno cubano- con los nombres de las organizaciones de EE.UU. y los beneficiarios en Cuba de un proyecto millonario para apoyar a la disidencia», destaca Ravsberg.

Según nuestro corresponsal, la situación provoca tal incertidumbre que algunos disidentes parecen preocupados.

En su encuentro en Miami, Guillermo Fariñas y Berta Soler le pidieron a Obama que no deje fuera a la oposición en caso de que se vaya a iniciar una negociación con el gobierno cubano.

Fuente: (BBC)