Si quieres acostarte con un amigo o una amiga, deberías de saber que estás jugando con fuego. Pero no por eso significa que siempre terminará mal.

Entonces, si algún día terminas acostándote con una amistad, ya sea porque lo decidieron o nada más pasó, aquí te damos unos consejos para mitigar las posibilidades de que resulte mal.

Se honesto contigo mismo sobre tus intenciones y deseos

Muchas veces cuando negociamos las limitaciones y expectativas de la relación que tenemos con nosotros mismos, terminamos manipulándonos sutilmente. Nos convencemos de que estamos bien con algo con lo que no.

Eto habla de tus motivaciones para quererte acostar originalmente con tu amigo(a). Piénsalo, no es como que te quieres acostar con todo(a)s tus amigo(a)s, ¿por qué es diferente esta persona?

¿Quizá muy en el fondo quieres que sean más que amigos o quieres darle oportunidad a la posibilidad de una relación romántica.

Si crees que vas a querer algo más, necesitas ser honesto contigo mismo y tu amigo(a).

No asumas nada sobre los sentimientos de tu amigo(a). La meta es tener todo claro contigo mismo y la otra persona.

Pero es normal que los sentimientos cambien en algún momento, y esto es lo siguiente que deberías de hacer cuando te acuestas con un amigo(a).

Habla de tus sentimientos cuando evoluciona la dinámica de la relación

Si algo cambia, date cuenta y háblalo. Estas conversaciones pueden ser incómodas, pero tendrás que armarte de valor y comunicarte honestamente.

Entiende que tu relación podría impltoar y existe la posibilidad de que dejen de ser amigos después de acostarse

¿Estás dispuesto a correr ese riesgo? Esta es normalmente la razón por la que no vale la pena acostarte con tus amistades si tu atracción es efímero.

Por otro lado, si no puedes dejar de pensar en esta persona de manera romántica y crees que existe la posibilidad de que puedan tener una relación, entonces quizá valga la pena el riesgo.

Publicado por Othón Vélez O’Brien.