Según un nuevo estudio, los cigarros drenan tu cerebro tanto como a tu cuerpo. Fumar puede reducir tus niveles de dopamina, un químico relacionado con la recompensa. En el estudio, los científicos descubrieron que los fumadores producen 15% a 20% menos dopamina que aquellos que no fuman.

Es parte de por qué los cigarros son tan adictivos. La nicotina activa receptores en tu cerebro que liberan dopamina, haciendo que sientas placer.

Pero cuando apagas tu cigarro, tus niveles de dopamina regresan a su nivel más bajo, haciendo que te sientas mal. Como resultado, sentirás una falta de motivación, incapacidad para concentrarte o simplemente estarás de malas. Así que esperas ansiosamente tu próximo cigarro para recibir esa dosis de dopamina.

Pero cuando dejas el cigarro, ya no recibes esa dosis extra de dopamina, así que tus niveles permanecen bajos. Como resultado, la manera que te sientes entre cigarros dura mucho más, resultando en otros síntomas de abstinencia de dopamina, como irritabilidad y cansancio.

Junta eso con los síntomas físicos del síndrome de abstinencia como el dolor de cabeza, la tos y dolores estomacales, el proceso puede sentirse interminable.

Lo bueno es que después de tres meses sin cigarros, el cerebro empieza a producir la misma cantidad de dopamina de antes de que empezaste a fumar.

Así que si puedes aguantar esos primeros tres meses, será más fácil de ahí en adelante. Mientras puedes buscar otras formas de aumentar tus niveles de dopamina, te ayudará a dejar el cigarro de una buena vez.

Osea que buscar fuentes de dopamina más saludables te ayudará a reconfigurar tu cerebro para buscar otras cosas que hacer en vez buscar un cigarro.

El ejercicio o el sexo pueden incrementar tus niveles de dopamina. Estos gustos te ayudarán a mantener tu dopamina arriba en lo que llegas a producirlo por tu cuenta como antes del cigarro otra vez para nunca volver al vicio.

Publicado por Othón Vélez O’Brien.