A veces los introvertidos creen que para recibir atención, tienen que competir con el brillo y el encanto de los extrovertidos, lo cual puede ser un poco desmotivador. Realmente esta idea no es correcta. Si recuerdas que alguien cercano a ti te decía que la persona correcta para ti aparecerá algún día, en realidad sabía de lo que estaba hablando.

En realidad no es una competencia. Los extrovertidos y los introvertidos son manzanas y peras. Los extrovertidos destellan mientras que los introvertidos brillan.

Así que para tu consideración, aquí hay unas cualidades que los introvertidos aportan a una relación:

Te escuchan

Realmente intentan procesar lo que la gente les dice y tratan de entender su posición antes de decir nada. Piensan con cuidado antes de hablar, especialmente cuando se trata de algún tema más serio o delicado.

No dicen cosas impulsivamente

Les gusta tener tiempo para procesar la situación y decidir cuál es la mejor manera de responder. Esto puede ayudar ya que lo dicho, dicho está.  Tomarte el tiempo antes de decir las cosas ayuda para reflejar las cosas y poder decir lo mejor posible.

Tienen pensamientos profundos

Esta manera cuidadosa de pensar significa que un introvertido traerá profundidad a la relación al dedicarle bastante tiempo a las ideas para elaborarlas perfectamente. Se toman su tiempo para conocer a la gente que les importa. Como resultado, esto puede elevar la calidad del tiempo que pasan entre los dos para tener una relación más significativa.

Te dejan brillar

Los introvertidos saben cuándo dar un paso atrás y dejar que los demás hagan lo suyo. De esta manera, un extrovertido saliendo con un introvertido consigue la atención que necesita y no se siente amenazado.

Te brindan un espacio tranquilo para recargar energía

Cuando un extrovertido regresa cansado de un largo día fuera, es bueno tener a una persona tranquila con quien pueda uno recargar energías.

Los introvertidos tienen muchas cualidades excelentes, pero si no puedes notar lo que aportas, entonces es difícil esperar que los demás lo vean.

Publicado por Othón Vélez O’Brien.