Cuando Ricardo Bofill se encontró con una fábrica de cemento desmoronándose en el 1973, inmediatamente vio todas las posibilidades. La Fábrica nació y ahora casi 45 años después, la estructura ha sido completamente transformada en una enorme casa, bella y única.
Tras años de deconstrucción parcial, el arquitecto empeñado procedió a guarnecer el exterior de la propiedad con plantas y a amueblar el interior como un espacio moderno de vivienda y de trabajo.
La Fábrica es un trabajo en proceso a la fecha, en donde Bofill refleja las semejanzas de su propia vida conforme sus visiones del futuro cambian de forma. Las chimeneas industriales que alguna vez llenaron el aire de humo ahora están repletos de follaje verde, un fino ejemplo de las bellas transformaciones que resultan de el pensamiento creativo.
Publicado por Othón Vélez O’Brien.