En las viejas caricaturas, era común que una sola lata de pintura tuviera patrones elaborados, como cuadritos, que podían ser aplicados a superficies con una sola pasada. Es chistoso porque desafía las leyes de la física.

Lo más parecido que teníamos a eso hasta la fecha era una tecnología que se llama impresión hidrográfica, que aplica una capa con patrones sobre un objeto cuando lo sumergías en un balde de agua. El problema, sin embargo, es que no es muy preciso. LA forma en que un pedazo de plástico se estiraba sobre objetos cuando eran sumergidos daba resultados inconsistentes… hasta ahora.

Gracias a un nuevo logro en esta clase de impresión, investigadores han aprendido cómo pintar patrones elaborados sobre un objeto con precisión al sumergirlo en agua.

Básicamente, esta nueva técnica lo que hace es escanear cualquier objeto que quieran pintar antes de sumergirlo. Algoritmos luego toman el patrón que quieres y lo imprimen en una capa transparente de tal manera que cuando sumerges el objeto, el patrón se aplicará perfectamente siempre.

 

Publicado por Othón Vélez O’Brien.