amor y fidelidad

Cuando el amor permanece y no se va, algo dentro de ti deja de luchar, baja la guardia y por fin descansa. Tu corazón deja de aguantar la respiración y deja salir toda la duda, confusión y la pesadez que rodea la necesidad de mantener arriba la guardia y rechazar todo lo que se le acercara.

Cuando el amor permanece, algo silenciosamente susurra dentro de tus profundidades, diciendo que todo estará bien, está bien bajar la guardia.

Empiezas a entender por qué el amor tuvo que dejarte en primer lugar, por qué tenías que doler, por qué amores pasados dejaron hoyos en tu corazón para dejar espacio para la persona que llenaría esos huecos.

Siente una claridad dentro de ti y entiendes el dolor, la pérdida y las lecciones que las personas pasadas te dieron. Cuando el amor permanece, haces las paces con todo lo que te enfrentaste previamente porque ahora puedes ver cómo todas esas experiencias te hicieron llegar en donde estás ahora, con la persona que amas ahora.

Aunque las malas experiencias que tuviste antes puedan hacer que te cueste trabajo creer que la persona con la que estás ahorita realmente te eligió a ti. Después de todos los malos tiempos que pasaste antes cuando no te lograban dar lo que ansiabas, ahora encontraste el amor que te nutre y que cree en ti.

Debes de creer en este amor de la misma manera en la que esta persona cree en ti. La única manera de vivirlo con toda su belleza es teniendo confianza en ti mismo y dar todo de ti.

Cuando el amor permanece contigo, hay que ser leales, dejar que puedan contar contigo y debes entender que estará a tu lado siempre.

 

Publicado por Othón Velez O’Brien.