La ceguera no le impide a estos dos gatos de tener la mejor vida posible. Petunia y Frito ambos nacieron con glaucoma en el 2015. Como la enfermedad es incurable en gatos, los veterinarios les quitaron los ojos para salvarlos.
Pero estos dos gatos se han adaptado a su condición y con ayuda de su oído y sus bigotes pueden navegar con relativa facilidad. Incluso sin sus ojos son perfectamente capaces de jugar, divertirse y pasarla bien en general.
Publicado por Othón Vélez O’Brien.