Todos lidiamos con el estrés de vez en cuando, y de cierto modo, un poco de estrés puede ser sano. Pero el estrés prolongado o crónico, ósea que te dura semanas, meses o hasta años, puede resultar en una desregulación negativa de tu sistema inmunológico y otras funciones biológicas.

Estos cambios incluyen una disminución en la capacidad de tu cuerpo de defenderse contra enfermedades y patógenos. También impacta el funcionamiento celular de manera negativa y contribuye a una inflamación de bajo nivel.

Como resultado, puede volverte más vulnerable a enfermedades, así que de cierto modo, el estrés te puede enfermar.

Aquí hay más señales que indican que el estrés crónico está afectando tu salud:

Tus dientes están fracturados o dañados

El estrés psicológico puede hacer que muelas los dientes, tanto de día como de noche mientras duermes. Esto puede causar que tus dientes se dañen.

Subes de peso

El estrés prolongado puede hacer que tu cuerpo libere más hormonas que causan el hambre, conocidas como glucocorticoides. Estas hormonas causan que quieras comer y cuando están muy elevados sus niveles, puede causar que comas sin control y puede resultar en obesidad. El estrés también promueve los antojos por alimentos altos en calorías.

Tu presión sanguínea se eleva mucho

El estrés es una mecánica de supervivencia que nos ayudaba a evitar o luchar contra depredadores en el pasado. Esto activa tu sistema nervioso simpático, lo cual aumenta tu presión sanguínea para que tus músculos estén listos para la acción. Esto no es un problema a corto plazo, pero cuando se vuelve crónico, puede hacer que tu corazón trabaje de más, resultando en arterias dañadas y obstrucciones.

Te salen granos

Ya sea que tu estrés es crónico o de corto plazo, esto puede alterar tu tez. Esto es porque el cortisol, la hormona del estrés, puede aumentar la producción de grasa de la piel y la renovación celular. Esto puede resultar en brotes de acné además de otras reacciones en la piel como enrojecimiento.

Siempre estás cansado

El vínculo entre el estrés y la falta de sueño está bien establecido. Pero aunque estés durmiendo bien, existen evidencias de que el estrés puede causar una sensación de fatiga. La tensión y la actividad del sistema inmunológico puede causar que tu cuerpo ansioso se sienta cansado.

Publicado por Othón Vélez O’Brien.