El asesinato del popular activista libio Abdul Salam Musmari suscitó hoy fuertes protestas en la ciudad de Bengasi contra la Hermandad Musulmana, a la que algunos grupos atribuyeron la responsabilidad del crimen.
Las manifestaciones comenzaron la noche del viernes en Bengasi, donde Musmari fue asesinado, y se prolongaron hasta este sábado, cuando atacaron cuarteles de la Hermandad Musulmana, mientras en Trípoli y otras ciudades de Libia miles de personas también protestaron.
El activista, quien recientemente había realizado críticas contra las milicias armadas, fue asesinado la tarde del viernes, pero no fue la única víctima, pues por la noche también mataron a dos oficiales militares en Bengasi.
Los libios en esa ciudad están convencidos de que el grupo islámico es responsable de la reciente ola de asesinatos, por lo que tomaron las calles para exigir que esa organización salga del país, de acuerdo con reportes del diario Libya Herald.
Los manifestantes irrumpieron en dos sedes de la Hermandad en la ciudad, una de ellas la oficina del Partido Justicia y Construcción, brazo político del grupo, donde además de romper las ventanas provocaron incendios.
La pérdida de Musmari encendió la ira de los residentes, ya que el activista se oponía a las milicias y a los islamistas, y frecuentemente aparecía en público para animar a los ciudadanos a protestar contra los ataques y asesinatos en la zona.
En otras ciudades y pueblos de Libia, como Trípoli, Zintan, Tobruk y Zawiya, también se llevaron a cabo manifestaciones contra la Hermandad Musulmana desde las primeras horas de este sábado.
En este marco, mil 200 prisioneros escaparon de la cárcel de Kuayfia, a unos 10 kilómetros de Bengasi, durante un motín que se registró la mañana de este sábado, que comenzó inmediatamente después de un ataque exterior contra el centro de detención.
Por el momento se desconoce si los hechos en la prisión están relacionados con las protestas que se realizaban en la ciudad o con el asesinato de Masmuri.
Fuentes de seguridad informaron que mil 200 convictos se fugaron de las instalaciones y que otros cuatro mil permanecieron en la prisión pero en “desobediencia”.
Las fuerzas especiales del ejército rodearon y aseguraron la cárcel, mientras que otras unidades se abocaron a la tarea de buscar y capturar a los fugitivos, aunque para esta noche sólo 18 han sido detenidos.
Roma, 28 Jul (Notimex)