Si eres de las personas que siempre forran con un buen trozo de papel el inodoro o incluso utilizas protectores de asientos antes de sentarte en un baño público para prevenir el contagio de alguna enfermedad o, simplemente, evitar salpicaduras que puedan haber quedado en el asiento del inodoro, debes saber que se trata de una conducta poco efectiva

En realidad, hacerlo está más relacionada con tu propia tranquilidad y seguridad que con una efectividad real, según asegura el especialista de enfermedades infecciosas William Schaffner.

«Los asientos de los inodoros no son un vehículo para la transmisión de cualquier agente infeccioso«, explica Schaffner. Esos asientos fueron considerados antaño una forma para transmitir infecciones gastrointestinales o de transmisión sexual, pero la investigación de Schaffner descarta esa teoría.

Eso no quiere decir, en cualquier caso, que no haya bacterias que causan enfermedades, como el E. coli o el streptococcus, en el asiento de un baño. Pero el doctor Philip Tierno señala que la piel de nuestros traseros sirve como eficaz barrera protectora.

Lo que sí ayudará a evitar la propagación de enfermedades gastrointestinales es lavarse las manos y bajar la tapa del inodoro al jalarle. Los Centros para el Control y la Prevención de Enfermedades informan de que el uso correcto de jabón y agua para lavarse las manos puede reducir las muertes relacionadas con enfermedades diarréicas hasta en un 50%.

Con información de The Huffington Post