Cada vez tomamos más conciencia del efecto de nuestras acciones sobre nuestro entorno, sobre el medio ambiente, queremos ser parte de la solución y decidimos actuar.
¿Qué podemos hacer para empezar hoy? Recordemos las 3 R (Reducir, Reutilizar, Reciclar)
Ahora tomemos un objeto que vemos o utilizamos todos los días: una botella de plástico.
La Secretaría del Medio Ambiente y Recursos Naturales de México (Semarnat) ha calculado que, cada año, se producen 9.000 millones de botellas de plástico PET (polietileno tereftalato) que representan en el país uno de los más altos volúmenes de basura, algunas cifras relacionadas son:
– En México el consumo per cápita de botellas de agua es más del doble que el de Estados Unidos y representa el 13 % de las ventas mundiales.
– Se calcula un gasto de hasta 1800 pesos al año en agua embotellada.
– Se desechan al día más de 21.3 millones de botellas.
– Sólo el 20 por ciento se reciclan.
– El 80 por ciento restante termina en las calles, carreteras o bajo la tierra.
– Unos 900 millones de ellas contaminan bosques y ríos al ser arrojadas por quienes pasan un día en el campo.
Desde el año pasado se está trabajando en este problema. Así, la SEMARNAT firmó un convenio con la Confederación de Cámaras Industriales para recoger botellas y apoyó la medida con 50 millones de pesos para ayudar a instalar 17 plantas recolectoras de plástico. Desde noviembre, se han recogido 36 millones de botellas, lo que supone sólo un 0,4% del total producido.
Ahora, en nuestro entorno directo, vamos hacia la oficina o la escuela y compramos una botella de agua, cuando estamos ya en nuestro sitio de trabajo podemos rellenar esta botella y reutilizarla durante el día, si tenemos un espacio propio podemos guardarla ahí para el día siguiente. Estaremos beneficiando a nuestra economía y al medio ambiente, enviando a los tiraderos un 50% menos de desechos.
Tal vez nuestros compañeros no lo habían pensado, tal vez nos verán sorprendidos conservando la botella, tal vez nos preguntarán y pensarán que es una buena opción y que se puede ir más allá, comprar una botella-termo de metal, de otro tipo de plástico, etc. Habremos realizado una pequeña acción generadora de un cambio.
Escrito por Mónica Chávez