En los negocios, pedir perdón no siempre es aconsejable, básicamente por dos principales razones. Primero, requiere de mucho trabajo. Necesitas tomarte tiempo para articular la disculpa, y la parte ofendida tiene que responder de alguna manera. Así son los negocios: Todos estamos muy ocupados y tenemos cientos de cosas que hacer. Si causaste una ofenda, cambia tu comportamiento. Las relaciones en los negocios generalmente tienen incluidas segundas oportunidades.
En segundo lugar, si eres de los que piden disculpas por todo, tienes mayores problemas que afrontar que a las complejidades de una disculpa bien formulada.
Discúlpate únicamente cuando la ofensa pudiera causar daño en el largo plazo a tu reputación. Este tipo de ofensa no debe ignorarse. No sólo se trata de que llegues tarde a la reunión; es que llegaste tarde y pediste a tu socio que mintiera sobre tu paradero. Y nunca le agradeciste. Y te burlaste de sus calcetas enfrente de todo el mundo. El punto es que hay ofensas que debes reconocer para mantener tu reputación, no sólo profesional sino también ética y moral.
Así que sólo cuando esté justificado, debes disculparte de forma sincera y completa. No usando palabras vagas, frases bonitas o promesas que no cumplirás. Una disculpa apropiada es algo eficiente y enriquecedor.
Esto es lo que requiere una disculpa:
1. Un reconocimiento de la ofensa
2. Una explicación de tus acciones
3. Una expresión de remordimiento
4. Una propuesta de reparación del daño
Por ejemplo:
1. Llegué tarde a la reunión. Te pedí que mintieras y me burlé de tus calcetas
2. Pensé que el que mintieras por mí era un pequeño precio a pagar por mi incapacidad de cumplir algo tan simple como llegar a tiempo. Y sobre tus calcetas: ese color simplemente no es de mi gusto
3. Me arrepiento por haberte puesto en una situación difícil y por comprometer tu ética
4. Voy a decirles a todos por qué realmente llegué tarde. Y te voy a comprar unos calcetines nuevos
Haciéndolo así estás no sólo reconociendo una falla profesional, sino también una moral. Y ése es exactamente el punto de pedir una disculpa: corregir un error moral. Cuando te disculpas estás afirmando que ambas partes comparten valores y que el daño causado estuvo mal. Si admites tu disculpa pero no dices que te arrepientes simplemente te estás justificando. Estás diciendo, “sí, lo hice, y ésta es la razón”. Una buena disculpa necesita ser clara en decir que fuiste responsable por lo que ocurrió y en afirmar que te arrepientes de que haya ocurrido.
Pero cualquiera puede disculparse si la disculpa es concebida como un aspecto meramente técnico. Satisfacer los cuatro pasos de una disculpa efectiva no tiene sentido si no parece que lo haces con sinceridad. Igual de importante que la disculpa en sí es la honestidad -que requiere emoción, algo que no siempre es una virtud cuando se trata de comunicación interpersonal en los negocios. Pero, en el caso de las disculpas, es esencial.
Tienes que mantener una conversación racional y una emocional. Un buen líder debe ser humilde y permitirse ser vulnerable. Y así es como haces una disculpa sincera: 1. Sé sincero; 2. Actúa. Si la parte de demostrar sinceridad se te complica, sigue estos consejos: Haz contacto visual, no sonrías y baja la barbilla.
Sin embargo, procura no verte demasiado culpable. No estás suplicando ni eres inferior a la otra persona. Después de todo estás haciendo algo que requiere mucha valentía y estás procurando demostrar tu buena disposición. Si se hace correctamente, una disculpa puede tomar una relación descompuesta y no sólo arreglarla, sino hasta fortalecerla. Es una inversión poderosa que, si cumples tu promesa, puede durar por siempre.
Puntos clave
– Leer la disculpa de unas notas preparadas anteriormente no demuestra sinceridad.
– Haz contacto visual.
– No tartamudees ni hables en voz demasiado baja.
– Si no cumples con las tres partes clave de una disculpa (reconocimiento, explicación y expresión de remordimiento), entonces no lo hagas.
– Debido a que tu moral se afecta cada día, una disculpa debe pronunciarse lo antes posible, incluso previo a que la otra parte note la ofensa. Pero si la otra parte ya lo notó, la disculpa no debe ofrecerse en un periodo mayor a las 24 horas.
– “Lamento que te ofendieras” no es una disculpa.
– Llorar es demasiado.
– Hacer ‘high-five’ no sirve de nada.
Fuente: (Soy Entrepreneur)