Las personas que vivían en la zona afectada por el terremoto, posterior tsunami y accidente de la planta nuclear de Daiichi en 2011, corren más riesgo de contraer ciertos tipos de cáncer, informó la Organización Mundial de la Salud.

“El desglose de los datos, basados en la edad, género y proximidad a la planta, presenta un mayor riesgo de cáncer para personas situadas en las zonas más contaminadas”, afirmó la doctora María Neira, directora de la OMS para la salud pública y el medio ambiente.

Al presentar un informe en Ginebra, la OMS advirtió que las mujeres y los niños que se encontraban en la zona más contaminada por la radiación, especialmente recién nacidos, corren un riesgo 70 por ciento mayor de contraer cáncer de tiroides que las demás personas.

Esto se debe a que en la tiroides por ser el órgano más expuesto, puede haber altas concentraciones de yodo radiactivo y los niños se consideran especialmente vulnerables.

Según la OMS los casos de cáncer que afectan a órganos específicos podrían aumentar un 4.0 por ciento en las mujeres expuestas a la radiación siendo niñas; así como el cáncer de mama podría aumentar un 6.0 por ciento en las que sufrieron esa exposición durante la lactancia.

Asimismo, los casos de leucemia podrían aumentar un 7.0 por ciento en los hombres expuestos siendo niños.

Por otra parte, el informe subrayó que de los trabajadores que se quedaron en la planta durante la emergencia, dos tercios corren peligro de desarrollar un cáncer, mientras que un tercio tiene un “riesgo mayor” de desarrollarlo, explicó Neira.

Señaló que el resto de la población en Japón o en sus países vecinos, los riesgos para la salud son bajos.

“El informe de la OMS subraya la necesidad de una vigilancia de la salud a largo plazo de las personas que están en alto riesgo, junto con la prestación de los servicios médicos necesarios de seguimiento y apoyo”, sostuvo Neira.

“Esto seguirá siendo un elemento importante en la respuesta de salud pública al desastre durante décadas”, agregó.

“Además se debe fortalecer el apoyo a los servicios médicos, el monitoreo continuo del medio ambiente, en particular de los suministros de alimentos y agua, respaldado por el cumplimiento de la normativa vigente, para reducir la exposición a la radiación potencial en el futuro”, consideró.

También, por la historia que ha vivido Japón, luego de los incalculables daños a la salud física y mental así como las secuelas en el ecosistema que provocaron los ataques de Hiroshima y Nagasaki.

La OMS enfatizó sobre el impacto psicológico directo que el desastre puede tener en la salud y el bienestar de la población, lo que a consideración de los expertos de la OMS no deben pasarse por alto como parte de la respuesta integral a la tragedia de Fukushima. Ginebra 28 Feb (Notimex)