Los cartuchos del considerado el peor juego de la historia fueron desenterrados en el desierto de Alamogordo, Nuevo México, a pesar de que Atari negaba su existencia
El mundo de los videojuegos tiene una gran leyenda: cientos de miles de ejemplares de E.T., el extraterrestre (Atari, 1982) están enterrados en el desierto y el rodaje de un documental confirmó este fin de semana el mito al recuperar los ejemplares en Alamogordo (Nuevo México, Estado Unidos). El lugar es el mismo donde se probó la primera bomba atómica, a 180 kilómetros de Roswell, la ciudad de los avistamientos de ovnis. Un auténtico lugar de peregrinaje para los seguidores de la ciencia ficción.
E.T., el extraterrestre está considerado como el responsable de provocar la caída de Atari, entonces líder del mercado de las consolas, y arrastrar consigo a toda la joven industria. La compañía estadounidense sobrestimó las ventas del juego, animado por el éxito de la película producida por Steven Spielberg y produjo millones de copias que jamás logró vender. El videojuego está considerado como uno de los peores de la historia. Desarrollado con urgencia para llegar a la campaña de Navidad, era un juego prácticamente incomprensible, de una calidad gráfica baja incluso para el estándar de la época y de enorme dificultad.
Atari reconoce que enterró en un vertedero de Alamogordo material de desecho, pero siempre había negado que fueran los cartuchos de E.T, el Extraterrestre. El mito creció y creció.
Las productoras Fuel Entertainment y LightBox Interactive, bajo el paragüas de Microsoft para su plataforma Xbox Live, están rodando un documental para desvelar la historia con el hallazgo de los restos como final. Ayer desenterraron el tesoro escondido de Atari en un gran acto con enorme publicidad al que acudieron cientos de curiosos. Junto a lo esperados cartuchos de E.T. había ejemplares de Centipede, otro videojuego de Atari 2600.
Con información de ABC