La especialista en rehabilitación física, Elizabeth González Flores, manifestó que captar el autismo en los primeros meses de vida, mejora expectativas de vida.
Dijo que presente en uno de cada mil a mil 500 nacidos vivos, el autismo es un importante motivo de consulta en el Instituto Mexicano del Seguro Social (IMSS) Jalisco, que se posiciona como tercero de atención en el servicio de Rehabilitación del Hospital General Regional 180 del instituto en Tlajomulco.
Agregó que a ese servicio, cada mes llegan 12 casos de niños con diagnóstico, el cual puede establecerse desde el año y medio de vida del bebé, cuando éste no da los brazos, no sonríe, no señala objetos, y se muestra indiferente ante otras personas.
Señaló que el autismo es un síndrome que afecta la comunicación y las relaciones sociales del niño de una forma extrema y su diagnóstico es complejo, sobre todo a edades muy tempranas cuando suele pensarse que el pequeño tiene problemas auditivos que lo tornan distante y con dificultad para interactuar.
Expresó que por lo general, los niños autistas requieren de un abordaje multidisciplinario que permite llegar al diagnóstico de la enfermedad y éste incluye una revisión de su sistema auditivo, para posteriormente analizar el desarrollo de su psicomotricidad.
Comentó que datos sugestivos de autismo en niños de edad pre escolar, incluyen movimientos anormales con las manos que “asemejan una suerte de aleteo, y tienden además a dar vueltas sobre su propio eje, sin omitir que suelen tener la manía de pegarse en la cabeza”.
Indicó que es importante establecer características de la personalidad del niño y si es o no sobreprotegido por sus padres, así como con quién se relaciona, y determinar si se trata de un pequeño cuya dinámica familiar lo aisla o tiene dificultades para la convivencia.
Subrayó que el abordaje de estos niños se centra principalmente en terapias de lenguaje, para estimular su inteligencia, “además se les enseña a desarrollar habilidades físicas para hacerlos más independientes y procurarles una mejor interacción social”.
Resaltó que la terapia inicia con los padres, al ser ellos los que brindan el apoyo emocional y social al niño, “y ésta puede tomar de uno a cinco años de acuerdo con la respuesta y evolución del paciente”.
Destacó la importancia de que las madres en los primeros meses de vida del niño observen las características citadas.
Guadalajara, 19 Jun. (Notimex).