Al menos 37 personas murieron hoy en un incendio en una clínica psiquiátrica en el oeste de Rusia, unos 500 kilómetros al noroeste de Moscú, iniciado al parecer por accidente por un interno.

Según la policía, un paciente estaba jugando con fuego y así se iniciaron las llamas en el edificio de madera de 200 años de antigüedad.

Entre las víctimas se encuentra la enfermera Julia Anufriyeva, que consiguió sacar con vida a 23 pacientes pero luego murió al caerle encima una viga, explicó el médico Igor Bulanov. “La mujer de 44 años deja huérfanos a cuatro hijos”, se lamentó.

La televisión rusa mostró imágenes de decenas de sacos con cadáveres frente a las ruinas del edificio ubicado en la región de Novgorod. Bulanov explicó que la evacuación del edificio de 1810 fue muy difícil porque “muchos pacientes eran inválidos y con problemas de visión”. Además, algunos estaban sedados.

En el momento del siniestro había 59 pacientes en el edificio y la cuidadora.

Los equipos de rescate llegaron en pocos minutos, aseguró a la agencia Interfax Alexander Starostin, de la central de bomberos. “Pero la casa ya ardía como la yesca, porque no estaba lo suficientemente protegida ante los incendios”, indicó.

Las autoridades habían señalado los fallos y recomendado la mudanza de la institución a una construcción más moderna.

“Tendremos que enterrar a algunas víctimas, si las encontramos bajo los escombros, sin conocer su identidad”, afirmó Bulanov. Muchos pacientes estaban solos y sin familia. “Solamente en raros casos recibían visitas”.

El primer ministro del país, Dmitri Medvedev, envió a un experto a la zona del siniestro y exigió una profunda investigación.

El incumplimiento de las normas es uno de los motivos principales de los incendios en Rusia. En abril se quemó otra clínica psiquiátrica cerca de Moscú y causó la muerte de 38 personas. La mayoría estaba en la cama y sedados en el momento en que se desató el fuego.

Hubo otros dos incendios en psiquiátricos en mayo, lo que intensificó los pedidos a las autoridades para que mejoren las medidas de seguridad. Muchas de estas instituciones están en edificios de la época soviética que no han sido renovados.

“Esta tragedia debería ser un motivo para una reforma de las instituciones psiquiátricas”, señaló el representante de derechos humanos del gobierno, Vladimir Lukin. Hay propuestas desde hace tiempo para un control sistemático y efectivo, pero “se hunden en el turbio océano de la burocracia rusa”, según Lukin.

Los psiquiátricos rusos tienen una fama terrible, entre otras cosas de silenciar a los pacientes drogándolos y usar medicamentos vencidos. Además, en el país más extenso del mundo las enfermedades mentales son tabú.

Fuente: Vanguardia | EFE