Mi nombre es Ivana, tengo 29 años y la verdad es que nunca se me facilitó esto de las relaciones.

Desde que era adolescente conseguía salir con tipos que no me iban a dejar nada bueno, eran chavos atractivos en distintos sentidos, algo guapos pero sobretodo ese tipo con un toque de rebelde que al final siempre me dejaron con una sensación de vacío, sin importar quién haya decidido terminar con la relación.

Recientemente terminé con mi novio, no importan los motivos, yo sé que ya no funcionábamos, lo importante es que esta relación a diferencia de las anteriores fue sincera, entregada, hubo aceptación por parte de ambos, así es, nos aceptamos como somos, con virtudes y defectos y gracias a él y a esa relación aprendí a amar, aprendí a salirme de mi y verlo a él, aprendí a dejarme llevar por el amor que sentí y tuve el privilegio de sentirme amada. A pesar de que al final descubrimos que nuestros caminos debían separarse esto es lo más valioso que me llevo:

No importa si has tenido una relación entregada o si has sentido la reciprocidad del amor que das, lo que realmente importa es que si sabes amar, entonces la primera persona a quién le das ese amor es a ti misma, puede que haya alguien a lado o quizás no haya nadie por el momento pero cuando me di cuenta de que el amor que tengo puedo dármelo a mi fue cuando entendí que jamás volvería a estar sola, nunca volveré a sentir ese vacío, de eso me encargo yo, porque la capacidad de amar que tengo me llena y si después conozco a alguien con quien pueda compartirlo entonces agradeceré el poder coincidir pero si no llegara, sé que siempre me tendré a mi y por ello nada me faltará.