Por Mariela Gómez M.
¡Tan-tan! ¿Quién es? Es el Diablo,
es una espesa fatiga,
un ansia de trasponer
estas lindes enemigas,
este morir incesante,
tenaz, esta muerte viva,
(Muerte sin fin. fragmento)
Nació en Villahermosa, Tabasco, el 10 de noviembre de 1901 y murió en la Ciudad de México en 1973. Formó parte del grupo “Los Contemporáneos”. Grupo de poetas que comienza en 1915 cuando Carlos Pellicer publica algunos poemas con un nuevo espíritu indefinido y hasta 1928 con la publicación de la revista “Contemporáneos”. Los escritores coincidían en la poesía pura y el surrealismo. Con el surrealismo culminan las posibilidades de la “imagen poética”, es decir, la producción de cosas visibles con los ojos cerrados; en la “poesía pura” culmina la posibilidad de producir cosas “pensables” por medio de la poesía, es el punto más alto de la poesía de la inteligencia, como el surrealismo lo es de la sensación.
José Gorostiza en este grupo merece el título de poeta filosófico, si es que esta denominación puede ilustrar en algo el significado ultra-filosófico de la poesía. Extremadamente riguroso, sólo publicó dos libros: el primero: Canciones para cantar en las barcas donde coinciden una búsqueda por la expresión poética pura, el interés por la métrica tradicional y los temas populares. Poemas aparentemente simples pero sumamente complejos en su significación y lirismo. El segundo: Muerte sin fin, el reconocimiento de una fuerza destructiva que no sólo abarca la conciencia, sino que se halla en la totalidad de la materia. Tales ideas, acompañadas de descripciones y cantos unidos a la invariable reflexión acerca del destino humano y el alcance del campo racional. Es uno de los más importantes poemas largos escritos en español, los versos dejan la simplicidad y, sin abandonar el diálogo entre vida común y expresión exacta, se sumergen en una búsqueda poética exhaustiva del ser, del mundo y de la muerte.
De la canción animada por la sencillez, evolucionó a una investigación de ciertas esencias: el amor, la vida, la muerte, dios; saturó finalmente su labor poética y, sin perder el impulso emotivo inicial, conformó con una poesía que, no obstante su brevedad, ha provocado el mayor número de interpretaciones que se hayan publicado acerca de un escritor mexicano de los últimos lustros.
PAUSAS 1
¡El mar, el mar!
Dentro de mí lo siento.
Ya sólo de pensar
en él, tan mío,
tiene un sabor de sal mi pensamiento.
http://www.lamaquinadeltiempo.com/elizondo/contempo.htm