«Sabemos mucho sobre las madres y la depresión materna y el efecto que tiene sobre los niños, pero ahora estamos empezando a conocer ladepresión paterna», según ha reconocido Craig Garfield, autor principal de este trabajo que publica la revista «Pediatrics». Este experto cree que la depresión paterna puede afectar a entre el 5 y el 10 por ciento de los padres, y el problema es que también puede perjudicar al desarrollo de su hijo durante los primeros años de vida, que son los más críticos. Por ello, añade, es necesario identificar estos casos y ofrecerles ayuda.
En su investigación analizaron datos de 10.623 hombres que participaron en un estudio de salud a largo plazo cuando aún eran adolescentes, y que incluía un seguimiento de unos 20 años. De todos ellos, un total de 3.425 participantes habían sido padres al final del período de estudio y, de esos, un total de 2.739 de ellos vivían con sus hijos.
Para medir su salud mental, los participantes fueron cumplimentando diversos cuestionarios a lo largo del estudio, y las respuestas se utilizaron para tratar de identificar síntomas relacionados con un cuadro depresivo. Cuando los investigadores compararon las puntuaciones de depresión de los hombres, vieron que los padres primerizos que vivían con sus hijos tenían las puntuaciones más bajas, mientras que los que no vivían con ellos, eran los que mostraban parámetros más cercanos a una depresión. En una posición intermedia quedaban los participantes que no habían sido padres.
Sin embargo, durante los primeros cinco años de vida de sus hijos los padres que vivían con ellos y, por tanto, se responsabilizaban de su cuidado, experimentaron un aumento del 68 por ciento de media en sus puntuaciones de depresión. «Esto fue significativo en el estudio y es importante cuando se piensa en el desarrollo del niño y el desarrollo de la familia y la importancia que los padres juegan en ella», dijo Garfield, que reconoce que el papel de los padres está cambiando y ahora casi se ha duplicado el tiempo que pasan con sus hijos.
Estos resultados, apunta este experto, deben servir para que los profesionales sanitarios sepan donde deben enfocar su actividad a la hora de combatir posibles problemas de desarrollo de los niños, ya que «si logramos que padres y madres lleven bien este nuevo rol, hay más probabilidades de que el menor también prospere».
Fuente: ABC