Si quieres lograr algo grande, tienes que empezar pequeño. La innovación alemana es conocido a lo largo del mundo. Pero cuando se trata de políticas de energía, el país parece haber puesto a la carreta antes del caballo. Alemania ha liderado a gran parte de Europa con “Energiewende” o la transición de energía renovable.

Sin embargo, la búsqueda de Alemania de un futuro de pura energía renovable dejó al país con una necesidad de energía más rentable.

Los consumidores alemanes ya pagan las tarifas más altas de energía en Europa y casi de un día para otro el país se encontró con un giro de 180 grados cuando se trata de la política energética. La energía ahora es un bien de lujo en Alemania. Los reportes más recientes predicen que el recargo de energía renovable que se le agrega a la cuenta de electricidad de cada consumidor se incrementará de 5.3 centavos hasta entre 6.2 y 6.5 centavos por kilowatt (KW) – una elevación del 20%.

Estos precios le han costado a la clase media, creando problemas de suministro y han contribuido directamente a pérdidas de trabajo en todo el país. Subsidios masivos para la energía renovable están dañando la economía del país, imponiéndoles costos regresivos en las clases pobres y de obra.

Para poder seguir adelante con el programa, los líderes de Alemania están intentando balancear los subsidios para energía renovable con energía rentable.

En un acto inesperado, Alemania aprobó su primera planta de energía a base de calor de carbón que esta actualmente en funcionamiento. La empresa de energía alemana, Steag, dice que su planta de 725 megawatts (MW) a base de carbón es sólo el principio del regreso del carbón alemán.

Como en muchos países, avances prometedores en tecnología nuclear han tomado un giro hacía atrás después de lo que pasó en Fukushima. A diferencia de América, Europa no ha podido hacer la transición a gas natural, dejando a países como Alemania con una enorme déficit de energía que los expertos están de acuerdo que no puede ser reemplazada con energías renovables.

Publicado por Othón Vélez O’Brien.