El experto en enfermedades infecto-contagiosas, del Instituto Mexicano del Seguro Social (IMSS), Paulo López Guillén, afirmó que la Hepatitis C es potencialmente curable si se detecta con oportunidad.

Reiteró que la Hepatitis C se produce por un virus y se caracteriza por una inflamación crónica del hígado que va mermando su funcionamiento óptimo, órgano que depura las sustancias que ingresan al organismo, incluso las que pueden resultar tóxicas.

El virus C se transmite básicamente por contacto sexual, uso de agujas contaminadas o bien por transfusión sanguínea, de hecho mencionó que las mujeres son un grupo de gran afectación porque muchas de ellas recibieron transfusiones de sangre antes de 1986 por motivos obstétricos y pudieron haber adquirido el virus.

No obstante insistió en que si la enfermedad es detectada de manera temprana, puede ser curable al 100 por ciento debido a que mediante un adecuado tratamiento el virus puede desecharse del organismo por completo.

“Es de las pocas enfermedades virales que podemos erradicar totalmente del organismo, es potencialmente curable, depende del tiempo de evolución, la edad del paciente, el estado del hígado al momento de ser diagnosticado”, manifestó López Guillén.

Recordó que los síntomas de la enfermedad son cansancio excesivo y permanente sin causa aparente, y es por lo general éste, el que mueve al paciente a buscar atención médica y tras pruebas sanguíneas es cuando confirma o se descarta que se trata del virus de la hepatitis C.

Otras manifestaciones que pueden alertar sobre una afectación del hígado son abultamiento del estómago y exaltación de venas en forma de ramificaciones que pueden abarcar regiones como el tórax, el ombligo y la pelvis, además de endurecimiento del propio órgano al tacto.

Advirtió que de no tratarse oportuna y adecuadamente la hepatitis C puede derivar en afecciones como cirrosis, insuficiencia hepática y cáncer de hígado.

Este tipo de hepatitis, indicó, se caracteriza por síntomas como pérdida de apetito, dolor abdominal, náuseas, dolor articular, fiebre, y piel amarillenta y su formas de contagio son perinatal -de madre a hijo durante el parto- por intercambio de fluidos corporales y sangre, por vía sexual o transfusión sanguínea.

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