La extensión de la corrupción en Europa es “impresionante”. Así lo dijo la comisaria de Asuntos de Interior, la sueca Cecilia Malmstroem, al presentar un informe sobre el asunto.

Para elaborar el informe, la Comisión Europea (órgano de gobierno) encuestó a ciudadanos de los 28 miembros, la primera vez que se hace algo así.

El resultado: una media del 76% de los europeos considera que la corrupción es una práctica generalizada.

Los ciudadanos de Grecia e Italia, con un 99% y un 97% respectivamente, son los que la ven más extendida. En el siguiente escalón, con un 95% están España, República Checa y Lituania.

Controvertido reporte

El corresponsal en Bruselas Chris Morris apunta que el reporte no está exento de controversia.

“Su publicación se retrasó durante meses y algunos países fueron críticos con la Comisión Europea por interferir en áreas en que consideran que no son de su incumbencia”, recuerda Morris.

MalmstroemLa comisaria llamó a seguir el ejemplo de Suecia.

“Originalmente, se suponía que el informe debía incluir un capítulo evaluando los niveles de corrupción en las instituciones europeas y no sólo en los estados miembros, pero esa idea terminó siendo desechada”.

Según el reporte, la corrupción le cuesta a la economía de la Unión Europea 120.000 millones de euros (US$163.000 millones). Y para Mamstroem “probablemente es mucho más”. La cifra equivale al presupuesto anual del bloque.

Coincide Morris al señalar que “la cifra estimativa del costo de la corrupción resulta bien conservadora pues hay expertos que la creen mucho mayor”.

“En cualquier caso, las cifras seguro que van a hacer arquear más de una ceja. No en vano, la comisaria describió la magnitud del problema como impresionante”, agrega.

“Una cosa está clara: un continente que quiere dejar atrás años de crisis económica, necesita hacer un mejor trabajo en la lucha contra la corrupción”.

Ataque a la democracia

En el Reino Unido, sólo 5 de 1.115, menos de un 1%, dijeron que habían tenido que pagar un soborno, el “mejor resultado entre los europeos”, dice el informe.

Pero el 64% de los británicos respondieron que creían que la corrupción estaba extendida por su país, mientras la media europea fue de 74%.

En algunos países los reportes de experiencias personales de sobornos fue relativamente alto. en Bulgaria, Croacia, Grecia, Lituana, República Checa y Rumanía, entre al 6 y 29% le habían pedido una coima o habían esperado pagar en los últimos doce meses.

La incidencia del soborno también fue alta en Polonia (15%), Eslovaquia (14%) y Hungría (13%). El ámbito más prevalente era en la salud.

Para la comisaria Malmstroem, la corrupción está erosionando la confianza en la democracia y sacando recursos a la economía legal.

“El compromiso político para sacar de raíz la corrupción parece estar ausente”, se quejó.

La Unión Europea tiene una agencia antifraude, Olaf, enfocada en la corrupción que afecta al presupuesto comunitario, pero sus recursos son limitados. En 2011, contó con un presupuesto de US$31,7 millones.

El modelo sueco

Corrpución en Europa

Un 40% de las empresas encuestadas describieron la corrupción como un obstáculo para hacer negocios en Europa.

El crimen organizado tiene sofisticadas redes a lo largo de Europa y la Europol, la agencia europea de policías, calcula que hay al menos 3.000 organizaciones delictivas.

Bulgaria, Italia y Rumanía son puntos calientes de las bandas de crimen organizado en la Unión Europea. Pero el crimen de cuello blanco, como el soborno o la evasión de impuestos es una plaga en muchos países.

El último año, el director de la Eurpol, Rob Wainwright, dijo que la evasión de impuestos en el mercado de créditos de carbono le cuesta a la unión US$6.700 millones.

Ahora bien, la excepción son los países nórdicos, donde los ciudadanos ven como algo raro las prácticas corruptas. En Dinamarca, el 75% piensa que es algo excepcional. En Finlandia es el 64% y en Suecia el 54%.

Suecia es “sin duda uno de los países con menos problemas en corrupción”. Malmstroem puso como ejemplo las leyes de transparencia de su país: “Otros países deberían aprender de las soluciones suecas con el problema”.