Una misteriosa magia emana de las escenas de Sarah Lee. A menudo trabajando por la noche en su estudio del East Village, Lee visualiza paisajes tranquilos y deshabitados que se convierten en una escapada de la energía electrificante de la ciudad. Tormentas tempestuosas, brillantes polillas Luna y estrellas fugaces animan las serenas vistas e iluminan lo que de otro modo estaría envuelto por los cielos oscuros. Cada pintura al óleo, representada en una paleta de tonos frescos, contiene un elemento de sorpresa surrealista, ya sea un elegante ave flotando entre las nubes en “Cisne Negro” o un bolsillo de tierra nevada que se abre para revelar las estrellas en “Entre los Árboles”.
Publicado por Othón Vélez O’Brien.