“Al ser la líder de un club del movimiento scout estoy preparada para primeros auxilios, así que en principio pensé que era un accidente”.
Así comienza su relato Ingrid Loyau-Kennett, de 48 años, madre de dos hijos, quien el miércoles se encontraba en Woolwich, el sitio en el sur de Londres, en el que dos personas mataron a un soldado británico en un extraño incidente.
“Me acerqué y vi que no tenía pulso. No podía ver la cara del hombre pero tampoco nada que indicara que alguien había intentado decapitarlo. Tampoco había nada que sugiriera que era un soldado”, le dijo a la prensa británica.
Loyau-Kennett se encontraba en un autobús. Vio a los hombres con las manos ensangrentadas, bajó y les habló durante más de cinco minutos.
Un hombre negro con un sombrero negro y un revólver en una mano y un cuchillo de carnicero en la otra se acercó. Estaba muy nervioso y me dijo que no me aproximara al cuerpo.
-Ingrid Loyau-Kennett [/sws_blockquote]
Pensé en hablar con él antes de que atacara a alguien más.
Esta gente suele tener un mensaje y pensé en qué quería.
Le pregunté si lo había hecho. Y me dijo que sí. Le pregunté por qué. Y me dijo que lo mató porque mató a musulmanes en países musulmanes donde están los soldados británicos. Le pregunté si había matado a un soldado británico. Y me dijo que sí, que lo mató porque mató a musulmanes allí, que estaba harto que la gente mate a musulmanes en Irak y en Afganistán.
No estaba borracho ni drogado, sólo estaba enojado, en pleno control de sus decisiones y listo para hacer lo que quisiera hacer.
(Me dijo) “Queremos empezar una guerra en Londres esta noche”.
Empecé a notar que tenía más armas y vi al hombre detrás de él con armas también. Para ese entonces, la gente se había empezado a juntar alrededor.
Pensé, ok, debería hacer que siga hablando conmigo antes de que note todo a su alrededor.
Le dije: “Ahora mismo eres tú solo contra mucha gente, vas a perder, ¿qué te gustaría hacer?”. Y me respondió que se quería quedar y luchar.
Entonces le pregunté qué iba a hacer porque la policía iba a llegar pronto. Dijo que era una guerra y que si la policía llegaba, iba a matar a los agentes.
Vi que mi autobús se movía y supuse que la policía estaría a punto de llegar (…) Diez segundos después de subir al bus, vi un coche de policía y dos agentes, un hombre y una mujer, saliendo de él. Los dos hombres negros corrieron hacia el coche y los agentes les dispararon, creo que en las piernas.
Vi al hombre con el sombrero negro gravemente herido, pero ambos seguían moviéndose (…) Estoy feliz de haber conseguido hacer algo que puede que haya evitado más problemas. Me siento bien ahora mismo, pero supongo que la conmoción puede afectarme más adelante”.