Dado que eres un ser humano y tienes sentimientos como el resto de nosotros, es muy probable que alguna vez en tu vida te hayas sonrojado. Pero en realidad hay mucho más detrás del sonrojado de lo que creerías:
El sonrojado es genético
La gente de ascendencia celta o europeo oriental son los más propensos al sonrojado. Además, dado que su piel es más pálida, es aún más visible cuando se sonrojan.
Se puede presentar cuando estas ansioso
Cuando te sientes ansioso o nervioso, tu cuerpo libera adrenalina. Lo que sucede después es que la adrenalina dilata los vasos sanguíneos y eso te hace sonrojar.
Hábitos poco saludables lo empeoran
Estar expuesto demasiado tiempo al sol y al humo de cigarros tienen un efecto similar en el cuerpo. Descomponen el colageno y como resultado, los vasos sanguíneos son más visibles. Además, el sol puede provocarte que te sonrojes, especialmente si estás tomando cierto medicamento.
El ejercicio te puede hacer sonrojar
Cuando sudas te da calor. Desafortunadamente este mismo calor puede volver tus cachetes muy rojos. Como parte de tu regulación térmica tu cuerpo intenta enfriarse cuando haces ejercicio al dilatar los vasos sanguíneos.
Muchas bebidas y alimentos te pueden hacer sonrojar
Cualquier cosa caliente, como el té o el café, incluso hasta sopa, pueden causar que te sonrojes más. El alcohol, vino y licor tanto como alimentos picantes también pueden volverte más rojo de la cara.
Hay una forma de quitarte lo rojo de la cara rápidamente
Con un paño humedo y frío y lo colocas sobre tu cara por alrededor de 20 segundos. Esto encoje los vasos sanguíneos, reduciendo un poco del rojo en tu cara.
La meditación también ayuda
La clave es meditar antes de algún evento que cause que te ponga nervioso, por lo tanto sonrojandote. Prevee las situaciones y medita unos minutos mientras te preparas para salir.
La lavanda también ayuda
Los receptores de olores en tu piel pueden ayudarte en este caso. La lavanda es una aroma calmante, así que tu piel responderá al reducir el estrés que causa que te sonrojes.
Publicado por Othón Vélez O’Brien.