Las jornadas largas prácticamente nos terminan haciendo trabajar de a gratis, nos fijan expectativas poco razonables que no podemos sostener, son evidencia de problemas culturales, demuestran problemas de gestión de proyectos, indican un liderazgo débil, pueden costarte muchas oportunidades, promueven el martirio y no mejoran el trabajo.

Investigaciones demuestran que los gerentes cree que los empleados que pasan más tiempo en la oficina son los más confiables y dedicados.

¿Por qué hay tanta locura por cuántas horas uno ha trabajado? Hasta dónde podemos ver, se debe a lo mismo que hace a la gente orgullosa por dormir menos. Confunden la cantidad de atención con la calidad de atención.

Este es un razonamiento que hemos adoptado gracias a la mentalidad de la época industrial.

“Salarios basados en tiempo y la clásica jornada semanal de 40 horas nos han entrenado a medir nuestro labor por el número de horas que trabajamos,” escribió Bob Pozen, filosofo de la productividad. “Sin embargo, esta mentalidad no es correcta cuando la aplicas a los profesionales de hoy. El valor de abogados, analistas y consultantes no se mide por el tiempo que trabajan, se mide por el valor de sus conocimientos.”

La cosa con el valor es que no se puede medir como el tiempo. Claro que hay formas de medir el valor del trabajo de un individuo, aunque estas mediciones no son completas ya que hasta Google esta saturadísimo con medidas internas. Para cuantificar el valor de un trabajo se requiere de pensamiento crítico.

Veamos que es lo que nos pasa con las largas horas de trabajo:

Jornadas laga = fatiga = pésimo trabajo

Cuando trabajas horas muy largas sentirás fatiga ya que tus neuronas sólo pueden trabajar hasta cierto punto antes de agotarse.

Los psicólogos le llaman a esto la fatiga de decisiones: es un fenómeno que se basa en que mientras más decisiones tienes que tomar peores serán las decisiones que terminarás tomando. Esta es una de las razones por las cuales los jueces suelen ser más duros con sus sentencias más tarde en su jornada.

Cuando comienzan a tener sentido

Ya habiendo dicho todo esto, tenemos que tomar en cuenta los logros a lo largo del tiempo gracias a una dedicación exagerada. Bill Gates se quedó dormido en su teclado mientras construía la industria del software en la universidad. Marie Curie vivía en su laboratorio mientras hacía su investigación que la hizo descubrir la radiación.

Publicado por Othón Vélez O’Brien.