Actualmente hay alrededor de 50 millones de sitios en Internet que ofrecen opciones de tratamientos para personas con cáncer y que de éstos un 99.99 por ciento son inútiles y peligrosos, aseguró el médico académico Edzard Ernst.

El profesor emérito de la Universidad de Exeter, Inglaterra, sostuvo que quienes se acercan a estos sitios son, en su mayoría, personas desesperadamente enfermas.

“Pertenecen a un grupo de personas muy enfermas que, tras enterarse de un diagnóstico tan grave como éste, buscan otras alternativas para ´salir del paso´”, expuso el investigador, quien es autor de “Medicina Alternativa ¿Truco o Tratamiento?”, votado como “libro de ciencia 2009”.

Estos sitios son inútiles y peligrosos, ya que, además de forjar falsas esperanzas, venden productos perjudiciales para la salud del enfermo, señaló Ernst.

Por otro lado, dijo, existe otro grupo que busca la medicina tradicional para tratar padecimientos crónicos, como la migraña, la fiebre y el asma, “pues creen que la medicina convencional no les ayuda lo suficiente o tiene efectos secundarios”.

Además, comentó, “existen personas que se encuentran bien, pero que se tratan con medicina alternativa porque los va a mantener saludables el resto de sus vidas, en otras palabras, lo utilizan como prevención”.

“Cómo evitar y eliminar esos productos o tratamientos en Internet, la verdad no creo que se pueda controlar la información para prevenir a la gente, porque el contenido es muy difícil de controlar.

“Pero también hay otro problema: Las personas quieren creer que si los ayudará, entonces lo que sí podría ayudar es que en cada país haya dos sitios en Internet de organizaciones gubernamentales que tuvieran información confiable sobre el sector salud”, señaló.

A su vez, René Drucker, Secretario de Ciencia, Tecnología e Innovación, comentó que esto no es una cacería de brujas, sino de presentar las evidencias reales sobre la medicina alternativa.

“Se ha demostrado científicamente que algunas cosas sí sirven, muy poquitas, pero si funcionan. No obstante, si no están regulados los productos milagro, deberían de estar castigadas y multadas aquellas empresas que venden productos que no sirven para nada y afectan la economía familiar”, expresó Drucker.

“Es un problema social complejo, porque cómo uno puede evitar que alguien piense que el tratamiento que está llevando a cabo con la medicina convencional no funciona, y cómo por su desesperación se va a otro tipo de opciones, como la medicina alternativa”, manifestó.