Elefantes, rinocerontes, jirafas y otros animales de colores brillantes son parte de las esculturas creadas a partir de desechos plásticos

Las sandalias abandonadas son un desastre ambiental. Miles y miles de ellas se quedan sobre playas y costas alrededor de todo el mundo. Destruyen la belleza natural de las playas, estorban en el medio acuático y amenazan el ecosistema de la zona. Los peces las tragan y se asfixian.

Ocean Sole es una pequeña fundación que trabaja en la conservación del medio marino con las comunidades locales.

Ellos trabajan con artesanos para transformar las chanclas desechadas en elefantes, jirafas, leones, rinocerontes, delfines, tiburones, tortugas y más. Los artistas son hombres y mujeres que necesitan el empleo y que han sido entrenados en la forma de hacer las esculturas.


Hay muchísimas chanclas en las playas: la meta del Ocean Sole es reciclar 400 mil en un año.

La iniciativa fue fundada en 1997 por una conservacionista marino keniana que estaba trabajando en un proyecto de desarrollo y se horrorizó ante los residuos y daños. Ella vio a niños recogiendo las chanclas y convirtiéndolas en juguetes y tuvo la idea de ir un paso más allá. Ella animó a las madres de la localidad para convertirlas en esculturas.

A partir de ese comienzo Ocean Sole está vendiendo estas esculturas de animales a zoológicos y museos de todo el mundo.