Shein

Comprar skincare en Shein suena como una decisión impulsiva de la que una podría arrepentirse… y, honestamente, eso fue justo lo que pensé cuando el paquete llegó a mi casa. Pero en nombre de la curiosidad (y de una rutina de belleza económica), me propuse probar solo productos de esta plataforma durante un mes. Spoiler: no fue un desastre total.

Primero, lo básico: Shein tiene su propia línea llamada Sheglam, que además de maquillaje incluye mascarillas, parches para ojos, herramientas de limpieza facial y más. Todo con empaques coquetos, precios bajos y promesas tentadoras. Obviamente, pedí de todo un poco.

Mi primera sorpresa fue que algunos productos se ven más fancy en persona de lo que esperas por menos de $100. La mascarilla hidratante de té verde, por ejemplo, huele delicioso, tiene una textura rica y dejó mi piel suave después del primer uso. Lo mismo con los parches para ojos: ¿efecto dramático? No. ¿Una ayudita rápida después de desvelarte? Totalmente.

Lo que sí aprendí rápido es que leer ingredientes es clave. Algunos productos tienen fragancias fuertes o fórmulas que pueden no ser ideales para piel sensible. Si tienes una rutina muy armada o buscas activos específicos como retinol o ácido salicílico con concentraciones claras, este no es el lugar. Pero si quieres consentirte con cosas sencillas como mascarillas, rodillos faciales, o limpiadores tipo mousse, es una opción divertida y accesible.

También me encontré con algunas sorpresas raras: un tónico que olía a perfume de coche y una mascarilla peel-off que parecía pegamento escolar. No todo fue terrible, pero definitivamente aprendí a no confiar en empaques bonitos sin investigar primero.

La moraleja: no todo en Shein es una joya, pero tampoco todo es un fail. Para probar nuevos pasos de skincare sin gastar de más, funciona. Y si algo no convence, al menos no dolió tanto en la cartera.

Publicado por Othón Vélez O’Brien.