Muchas de las empresas que hoy triunfan en las redes sociales comenzaron como startups. Alguien generó una simple idea que fue evolucionando hasta conseguir el respaldo de inversionistas y usuarios por igual.
El emprendedor tecnológico es inquieto por naturaleza y genera una gran cantidad de ideas que después pone a prueba. La mayoría de ellas están destinadas al fracaso porque a veces la diferencia entre el concepto y la realidad del mercado es muy grande.
Twitter comenzó como un colectivo de ideas. Un grupo de amigos emprendedores (Jack Dorsey, Noah Glass, Evan Williams y Biz Stone) juntaron fuerzas y desarrollaron el producto.
Todos estaban involucrados en una empresa llamada Odeo que se dedicaba a crear y alojar podcasts. Su fortuna comenzó a menguar cuando Apple lanzó iTunes y se vieron obligados a desarrollar un concepto completamente diferente.
Twitter fue un producto “de la necesidad” como asegura Noah Glass, uno de sus fundadores.
Desde entonces el grupo ha caminado diferentes rutas y desarrollado distintos proyectos. Quizá el menos mencionado ha sido Glass, que salió de Twiter en los primeros días (y cuya historia habrá que contar en otra ocasión).
El resto, sin embargo, ha ido desarrollando ideas con diferentes niveles de éxito. Aquí les presentamos tres y les decimos cuáles son sus perspectivas.
Square
¿Quién?: Este es el hijo de Jack Dorsey, actual presidente del consejo de administración de Twitter y creador del primer tuit en la historia.
¿Qué?: Es un aparato que permite recibir pagos con tarjetas de débito o crédito en un teléfono inteligente o tableta.
¿Cómo?: Se trata de un lector magnético que se conecta a un teléfono inteligente o tablet (iOS o Android) a través del puerto de audio, donde se conectan los auriculares. Cuando una tarjeta de débito o crédito se pasa por el lector, éste convierte los datos en una señal de audio que el micrófono del dispositivo recoge y envía a la aplicación de Square instalada en el teléfono.
Los datos codificados se transmiten por internet a los servidores de la empresa que se comunican con las redes de pagos y bancos para procesar la transacción. La empresa se queda con el 2,75% de cada transacción. Por el momento sólo está disponible en Estados Unidos, Canadá y Japón.
¿Éxito o fracaso?: Square ha sido calificado como una tecnología disruptiva: una que crea un nuevo mercado y un nuevo valor. Cada vez más negocios y proveedores lo utilizan -Starbucks es el más reciente- y se espera que este año se expanda a otros mercados en Europa y quizá América Latina.
Medium
¿Quién?: Fundada por Evan Williams, también detrás de Odeo, Blogger y Twitter.
¿Qué?: Una plataforma social para blogs.
¿Cómo?: Medium es un sitio que aloja blogs, con algunas características diferentes a otros servicios en el mercado como Tumblr o Blogger.
Entre ellas está el hecho de que las entradas se agrupan por tema y no por autor, el que la gente puede recomendar y compartir ciertos escritos a partir de los temas en los que se estos se archivan y el hecho de que la extensión de los textos parece estar a la mitad entre mensajes de Twitter y entradas de blogs tradicionales.
Al agruparlos por temas hace más fácil descubrir el contenido dado que los usuarios siguen temas y no autores.
¿Éxito o fracaso?: Medium está apostando por un público diferente: los creadores de contenido y removiendo estorbos visuales para centrarse en las historias. Hasta ahora parece dedicado a un nicho de mercado muy específico y no es claro cómo hará negocio, pero recientemente abrió sus puertas a todos los usuarios de Twitter por lo que habrá que esperar
Jelly
¿Quién?: Fundada por Biz Stone, también detrás de Odeo, Blogger y Twitter.
¿Qué?: Una app que permite hacer preguntas a contactos en redes sociales a través de imágenes.
¿Cómo?: La operación es simple. Uno toma una foto de cualquier cosa y lanza una pregunta sobre ella. Imaginen tomar una foto de un árbol en su parque local y preguntar ¿qué tipo de árbol es? El cuestionamiento lo verán sus contactos en redes sociales que tengan la app (amigos y seguidores y los contactos de esas personas), ampliando asi la muestra de sabiduría colectiva.
La app basa su operación en la idea de que confiamos más en lo que nuestros contactos piensan que en la información que encontramos en la web y asume que las fotos se están convirtiendo en la manera más sencilla de archivar datos.
¿Éxito o fracaso?: A pesar de todo el entusiasmo que la app generó, unas semanas después parece claro que aún necesita tiempo para desarrollarse. Muchas de las preguntas que ahí aparecen no son 100% relevantes y hasta el momento no hay manera de filtrarlas por lo que el usuario tiene que navegar por un sinnúmero de preguntas irrelevantes antes de encontrar una que no lo sea.
En una época donde el tiempo es limitado y las redes sociales son ilimitadas, el tiempo no se puede desperdiciar.