Según la Organización Mundial de la Salud (OMS) se definen como inactivas aquellas personas que no realizan más de 90 minutos de actividad física a la semana.

La vida sedentaria triunfa. Mientras las calles se llenan de corredores y ciclistas, existe otro amplio grupo de gente que prefiere acostarse en el sillón al llegar de trabajar.

El sedentarismo resulta mucho más peligroso de lo que te imaginas e influye tanto en nuestro estado de salud como lo hace la mala alimentación, el tabaco o el consumo de alcohol. En otras palabras, puede ser letal.

Dejarlo no es tan complicado. Basta con realizar más de hora y media de actividad física (no necesariamente deporte) a la semana distribuida en tres días. El propósito es fácil de cumplir y los beneficios que aporta son muchos. Estas verdades sobre el sedentarismo, te ayudarán a decidirte a dar el paso para levantarte por fin del sillón y moverte de una vez por todas:

1. La falta de actividad física y la mala alimentación son la segunda causa de muerte en el mundo después del tabaquismo. Según un informe publicado en 2010, la inactividad física provoca 3,2 millones de muertes prematuras cada año.

2. La personas con poca actividad física tienen entre un 20 y un 30 por ciento más de posibilidades de morir de forma prematura.

3. La actividad física regular reduce el riesgo de padecer depresión. “Igual que el ejercicio físico ayuda a segregar endorfinas (hormona de la felicidad) e influye de forma positiva en el estado de ánimo, se puede pensar que la falta de actividad física genera el efecto contrario”, explica el fisioterapeuta Francisco García-Muro.

4. El sedentarismo duplica el riesgo de sufrir enfermedades cardiovasculares y diabetes tipo II a la vez que aumenta el riesgo de padecer hipertensión arterial.

5. Las mujeres sedentarias notan más los efectos de la menopausia. El doctor José Ramón González-Juanatey asegura que la actividad física regular ayuda a reducir o limitar los cambios metabólicos asociados a este ciclo. Otros estudios señalan que puede reducir los efectos de la menopausia ya que las mujeres activas llegan a ese momento hormonal con mejores huesos.

6. Las personas sedentarias tienen menos facilidad para abandonar el tabaquismo y seguir una dieta saludable. En otras palabras, la actividad reduce de forma aguda el deseo de fumar.

7. Abandonar el sedentarismo no significa tener que realizar una actividad física intensa. Lo ideal es realizar una actividad moderada tres veces a la semana, es decir 150 minutos semanales, explica García-Muro, para el que no basta con salir un día a correr y ya: “Hay que seguir un ritmo continuado, no vale con hacer una vida normal y de repente pegarse una carrera.”

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8. No hace falta tener sobrepeso u obesidad para sufrir las consecuencias nocivas del sedentarismo, los delgados también las padecen. “Hay estudios en donde se afirma que mueren más delgados sedentarios que personas con sobrepeso activas”, señala García-Muro.

9. La vida sedentaria se asocia con algunos tipos de cánceres. Según el Fondo Mundial para la Investigación del Cáncer, la relación entre inactividad y cáncer es sólida. En concreto habla de la relación con el de colon porque la falta de ejercicio hace que disminuyan en nuestro cuerpo los niveles de ciertas hormonas y enzimas protectoras, hace que los alimentos estén más tiempo en el intestino (lo que incrementa el riesgo de padecer cáncer de colon) y empeora la respuesta de nuestros sistema inmunitario.

10. El sedentarismo no es el estado natural del ser humano. Como bien señalan Julio Basulto y Juanjo Cánceres, autores del libro ‘Comer y correr’ (Penguin Random House), “la especie humana ha evolucionado y se ha adaptado para ser físicamente activa a lo largo de toda su vida y por tanto los modos de vida sedentarios son insanos (…) de todo ello se deduce que cuanto más físicamente activos sean los individuos, mejor”.

11. La vida sedentaria genera más inactividad. “Porque igual que tú puedes hacer adaptaciones positivas al esfuerzo, tú también tienes adaptaciones negativas a la inmovilización”, explica García-Muro. Si hay alguna razón que te lleva a la inactividad y luego no abandonas este estilo de vida acabas entrando un círculo vicioso que te genera más inactividad de la que cada vez es más difícil salir.

12. El sedentarismo se rompe caminando, una práctica que mejora la salud aeróbica y metabólica del individuo y que además ayuda en la lucha contra la obesidad. La OMS señala que hacerlo durante una hora al día reduce el riesgo de sufrirla en un 25 por ciento.

13. La inactividad produce aumento de apetito y por tanto aumento de peso. Según un estudio de la Escuela de Medicina de Harvard (EEUU), pasar más tiempo sentado en el sofá hace que tengamos más ganas de comer porque se deja de segregar irisina, una hormona que se ocupa de que convertir la grasa blanca (mala) en grasa parda (buena).

14. Los sedentarios suelen presentar más problemas para dormir. Los especialistas en medicina del sueño recomiendan practicar ejercicio físico para garantizar un buen descanso nocturno. Según señalan, la actividad física facilita el sueño y lo hace más reparador siempre y cuando realice como mínimo tres horas antes de ir a dormir.

15. Los sedentarios tienen peor esperma y peor sexo. Según un estudio publicado enEuropean Journal of Applied Physiology, los hombres que llevan una vida inactiva tienen menos volumen de eyaculado, espermatozoides más lentos o más escasos y menos cantidad de testosterona y otras hormonas necesarias para la formación del esperma que aquellos que practican ejercicio moderado. Además estas personas tienen peor sexo. Porque, de acuerdo a un trabajo de la Escuela Emory de Medicina, el ejercicio tiene algo así como un efecto protector contra la disfunción eréctil.

16. Los sedentarios son menos productivos. Los trabajadores que dejan su lugar de trabajo durante media hora cada día para participar en una actividad física tienden a trabajar más intensamente y hacerlo de forma más productiva

17. De padres activos, salen hijos activos. “El ser humano es activo por naturaleza, el problema es que la sociedad actual está alterando ese patrón y haciendo a los niños más sedentarios”, señala García-Muro quien insiste en la necesidad de no plantar a los niños delante de la tele o dejarles el teléfono celular. Hay que educar a los niños en la actividad física para que no terminen convirtiéndose en adultos sedentarios.

Con información de Huffington Post