Quizá en tu vida te habrán dicho que la leche ayuda con la indigestión o quizá tu tía te ha dicho que una rebanada de pan es la forma más rápida de aliviar ese malestar.
¿Pero realmente sirven estos remedios? En resumen: no y sólo empeoran la indigestión.
La indigestión sucede cuando el ácido del estómago sube y llega a tu esófago.
Es detonado por comer alimentos ácidos, como el vino, café o cosas picantes. Los ácidos de estos alimentos se combinan con el ácido del estómago, resultando en una mezcla potente que arde.
Comer de más puede causar la indigestión también. Cuando te llenas al grado de reventar, el contenido del estómago se presiona contra el esfínter esofagal, lo cual puede causar que el ácido se filtre.
En cualquiera de estos casos, comer más pan o leche sólo le sumaría al contenido en tu estómago, causando que produzca más ácido.
¿Entonces qué sí funciona?
La farmacia está llena de opciones, pero el más rápido viene en presentación de bloqueadores histamínicos, como el pepcid o zantac.
Estos medicamentos funcionan al bloquear la histamina, un químico que causa la producción de ácido en el estómago.
Cómo prevenir la indigestión
Para identificar qué alimentos te causan esta acidez, debes poner atención a cómo te sientes después de comer alimentos picantes, altos en grasa o que contengan ajo o jitomate.
Bebidas como la leche, el café, la menta, chocolate o bebidas carbonatadas también causan este reflujo.
Si comes algo que te pueda hacer daño, mastica un chicle sin menta después. Esto aumenta la salivación para neutralizar el ácido y alivia la incomodidad en el esófago.
Comer tarde por la noche también puede causar indigestión. Recomendamos que cenes alrededor de dos horas antes de dormir. Y cuando duermas, intenta hacerlo en una posición elevada para evitar que el ácido suba hasta tu esófago.
Si te da indigestión más de dos veces a la semana, acude con tu doctor. Esto puede aumentar tu riesgo de padecer cáncer de esófago, pero tu doctor puede revisar tus síntomas y darte un tratamiento preventivo de ser necesario.
Publicado por Othón Vélez O’Brien.