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Aunque explores tu propia mente o no, aún hay mucho que puedes—y deberías—hacer para regular tus emociones, pensar con más optimismo y mantenerte con los pies en la tierra cuando la vida se complica. Así que, ya sea que trabajes activamente con un profesional, estés decididamente en contra, o te encuentres en un punto intermedio, la mayoría de los expertos coinciden en que estos hábitos beneficiarán tu mente.

Sal al aire libre

Una y otra vez, las investigaciones han demostrado que conectar con espacios verdes (árboles) y azules (cuerpos de agua) mejora el bienestar. Sal a caminar, pasa un día entero en la naturaleza o simplemente come tu almuerzo al aire libre.

Mueve tu cuerpo

El ejercicio, especialmente el cardio y el entrenamiento de fuerza, se ha comprobado como un tratamiento eficaz para la ansiedad, la depresión y otros problemas de salud mental. (Lo ideal son 150 minutos semanales de actividad física de intensidad moderada, pero cualquier cosa es mejor que nada).

Prioriza el sueño

La ciencia lo respalda: todo se siente peor cuando estás agotado. Diseña una rutina proactiva para dormir (sin teléfonos cerca de la cama, cortinas oscuras, temperatura entre 15 y 20 °C) para lograr de siete a ocho horas de descanso cada noche y así evitar la ansiedad, el estrés y los pensamientos repetitivos.

Come alimentos integrales

Una dieta rica en nutrientes como los ácidos grasos omega-3 y baja en azúcares y granos refinados apoya la salud cerebral y reduce el riesgo de depresión. El pescado es tu aliado, ¡no lo olvides!

Mantén vínculos cercanos

Una revisión sobre las amistades adultas encontró que están relacionadas, o incluso pueden predecir, el bienestar. Pero no basta con tener amigos: es el esfuerzo por fortalecer la calidad de tus relaciones lo que las hace gratificantes. Manda un mensaje o llama a tus seres queridos cuando pienses en ellos, antes de que se te pase el momento.

Limita el “doomscrolling”

Este hábito tiene ese nombre por una razón. Investigaciones recientes relacionan horas en redes sociales con menor satisfacción y bienestar, además de más angustia psicológica. Ten un libro a la mano para esos momentos en los que alcances tu teléfono sin un propósito real; será más interesante, lo prometo.

Rétate a ti mismo

Numerosos estudios señalan que aprender algo nuevo como adulto—ya sea un deporte, un pasatiempo o un idioma—mantiene tu cerebro ágil y refuerza tu bienestar emocional. De hecho, adquirir nuevas habilidades, como mejorar tu comunicación, desarrollar la autoconciencia o aprender a manejar el estrés, puede reducir la ansiedad al aumentar tu autoestima.

Publicado por Othón Vélez O’Brien.