La mayoría de los niños proceden de Centroamérica y una cifra muy elevada son menores de 13 años
El presidente Barack Obama pidió a los padres centroamericanos que dejen de enviar a sus hijos a la frontera con la expectativa de que podrán quedarse en Estados Unidos, al advertir que serán deportados.
“No envíen a sus hijos a la frontera”, afirmó el inquilino de la Casa Blanca, en una entrevista con la cadena de televisión ABC. “Si llegan, los enviaremos de vuelta y, lo que es más importante, podrían no llegar”, subrayó.
El presidente insistió en que el mensaje de la Casa Blanca es “absolutamente” que los padres “no envíen a sus niños no acompañados en trenes o a través de un grupo de traficantes” de personas.
“Ni siquiera sabemos cuántos de esos niños no lo logran”, afirmó Obama, quien alertó de que muchos de los pequeños pueden ser víctimas de tráfico sexual o morir al caerse del tren en el que viajan.
Según establecen las leyes estadounidenses, los menores indocumentados de países que no sean México no pueden ser enviados a sus naciones de origen de forma inmediata.
La crisis generada por el incremento en las detenciones de menores inmigrantes que viajan solos forzó al gobierno a abrir tres albergues temporales a donde estos niños son transferidos después de su procesamiento en instalaciones de la Patrulla Fronteriza.
Los albergues fueron habilitados en las bases militares del Fuerte Sill en Oklahoma, la Base Lackland, en San Antonio, Texas, y en la Base Naval en Ventura, California.
La llegada de menores no acompañados a la frontera entre EEUU y México superó los 52,000 en los últimos nueve meses, según las cifras del Departamento de Seguridad Nacional. A eso se suman los 39,000 adultos acompañados de niños detenidos por las autoridades.
Con información de Agencias