Ante el presunto ataque químico en Siria, Barack Obama se reunió ayer en la Casa Blanca, con sus asesores militares y de seguridad nacional para planear la respuesta a dichos atentados.
EE UU y sus aliados occidentales se reunirán el lunes en Jordania con Arabia Saudí, Qatar y Turquía para hablar de la situación.
Según la CNN, el Ejército ha actualizado su lista de posibles objetivos militares en Siria y ha puesto al día las opciones de ataque en caso de una intervención. Según el portavoz del Ejército, estas medidas se han tomado únicamente «para dar al presidente un vasto y actualizado abanico de opciones» y no representan ningún «movimiento de ficha» de EE UU.
El propio secretario de Defensa, Chuck Hagel, reconoció que para facilitar al presidente las opciones, el Pentágono debe «posicionar sus fuerzas y sus herramientas para ser capaz de llevar a cabo la respuesta que él elija». Muestra de ello es el anuncio de que Washington está desplegando a sus fuerzas navales por el Mediterráneo.
El presidente desea que cualquier acción militar respete las leyes internacionales: «Si EE UU va y ataca a otro país sin un mandato de la ONU y sin pruebas claras que puedan presentarse, entonces surgen cuestiones acerca de si la ley internacional apoya esa acción, o si tenemos una coalición para que funcione».
La Razón.