Al parecer el último objetivo de la revolución tecnológica es resucitar nuestra dignidad con ayuda de nuestros smartphones para soportar y superar las rupturas amorosas. Aquí te dejamos algunas apps para que de una vez por todas olvides a ese viejo amor.

“Puedo escribir los versos más tristes esta noche / Y escribir, por ejemplo, la noche está estrellada…” ¿Qué corazón deshecho no conoce estos versos? Seguro que Pablo Neruda desconocía que 89 años después de publicar sus Veinte poemas de amor y una canción desesperada algo podría cambiar el curso del desamor.

Los amigos en los que descargamos nuestras miserias pueden empezar a respirar tranquilos. La revolución tecnológica ha llegado para resucitar nuestra dignidad con un top de útiles apps contra el desamor. Los smartphones y sus dueños estarán felices. A continuación, ofrecemos diferentes opciones para diferentes etapas.

1ª ETAPA: CORDÓN SANITARIO. 

Pagar la mordida y enfrentarse al duelo exige mucha paciencia y medidas desesperadas. “El amor es como Twitter: follow, unfollow, block”, dijo Paulo Coelho. Pero a veces bloquear a alguien en las redes sociales y fingir que no sigue vivo es tan solo una medida preliminar. KillSwitch (Android) promete algo más, “eliminar con discreción todo rastro de tu ex en tu perfil de Facebook”. Esta aplicación que se estrenó en la tienda de Google Play el día de San Valentín del año pasado pulveriza todo elemento que recuerde que alguien ha existido: fotos, comentarios…

Aquellos que padezcan de una fuerza de voluntad en horas bajas, Ex-Lover Blocker (iOS) les permite ir más allá. No solo congela el número de teléfono del sujeto en cuestión, sino que advierte a los corazones rotos de las consecuencias de un patético impulso por llamar a quien no deben. Si finalmente acaban cruzando la línea roja, su perfil de Facebook se actualizará automáticamente para anunciar a sus amigos lo que acaba de suceder. Sería algo así: “Me quiero tan poco que he llamado a fulano por teléfono. Insúltame, por favor”.

A los fans de la serie de televisión Girls seguro que les suena familiar todo esto. El personaje de Charlie (Christopher Abbott), ex de Marnie (Allison Williams), una de las cuatro protagonistas, idea una aplicación para smartphones muy parecida a Ex-Lover Blocker o ¡Llamar Ebrio NO! (iOS), otra útil alternativa para vetar ciertas llamadas cuando se está indefenso. En el otro extremo encontramos Recupera Tu Ex – Frases y Técnicas (iOS), una idea de lo más prescindible que debería estar prohibida en esta etapa.

2ª ETAPA: ACEPTACIÓN.

Es un estadio bastante más grato que el anterior, pero tampoco demasiado. Cuando se da todo por perdido y aparecen recuerdos a los que nadie ha invitado, solo queda una opción: Mindfulness App (Android e iOS). Trabaja a través de pautas de meditación para que la gente se centre en la atención consciente, evitando juzgar a los ex y todas esas cosas de sentido común. Como Tolle TV (iOS), que es otra de las aplicaciones que enseñan cómo torear los momentos agridulces resumiendo la obra del maestro Eckhart Tolle con consejos para desactivar la radiación. Buddhify (Android e iOS), Headspace (Android e iOS) o Simply Being (Android e iOS) son otras referencias que ayudan a no pensar. A pesar de todo, una de las grandes claves para superar esta etapa consiste en zambullirse lo menos posible en las redes sociales, fuentes inagotables de razones para autoinmolarse.

3ª ETAPA: REVOLUCIÓN SEXUAL.

Todo llega, también este momento. Hay programas para todos los gustos, edades y condiciones. Para ligar con desconocidos no hay nada mejor que Tinder (iOS), muy popular entre los universitarios estadounidenses, o Skout (Android e iOS). How about we (Android e iOS) y Hook up tonight (Android) son otras ventanas a las que acercarse para pasar un buen rato. El ligue gay viene de la mano de Grindr (Android e iOS) o Bender (Android e iOS), y Brenda (Android e iOS) para ellas. ¿La mejor app de todas? Instagram, cuyos likes son los nuevos “¿estudias o trabajas?”.

Como en el poema de Neruda, es en esta etapa cuando por fin todos aciertan a decir: “Ya no la quiero, es cierto, pero cuánto la quise”.

Con información de El País