Obviamente el orden en el que nacen tú y tus hermanos no es lo único que determina cómo te comportarás en la vida, esto es porque existen muchos tipos de familia en el mundo y todo varía de un grupo al otro. Sin embargo, algunos psicólogos creen que existen similitudes entre los primogénitos de muchas familias al igual que el de en medio y el más pequeño de los hermanos.
Aquí te explicamos un poco de las cualidades que adquiere uno dependiendo de en qué lugar nació entre sus hermanos:
Si eres el promegénito
Probablemente seas una persona exitosa. El primogénito suele ser el conejillo de las indias de la familia. Los padres practican por primera vez cómo criar a un hijo con el primero. Si eres el mayor de tus hermanos, es probable que tus padres alguna vez te hayan dicho algo como “no me importa qué hizo, espero más de ti porque eres el mayor.” Así que los padres suelen preparar a este hijo para el éxito.
Rasgos comunes en primogénitos son: son conscientes y puedes confiar en ellos. Les suele gustar hacer listas y no les encantan las sorpresas. También suelen analizar todo antes de tomar decisiones.
Si eres el de en medio
Sus músculos psicológicos se desarrollan porque se encuentran en medio de el/la heredero/heredera de la familia y el que se sale con la suya siempre. Normalmente son muy buenos mediadores y negociadores. También suelen ser muy leales y buenos haciendo nuevos amigos. Básicamente pueden unir a una multitud de la misma manera que siempre hicieron con sus hermanos.
Si eres el pequeño
Muchos comediantes tienen en común el detalle de que eran el menor de sus hermanos. El bebé de la familia puede vender ratas muertas para ganarse la vida de ser necesario. Suelen ser muy sociables, les gusta salir, son afectivos y no son complicados. A diferencia del mayor, suelen tomar decisiones por capricho sin analizar las cosas bien.
Si eres hijo único
Son como una versión exagerada del primogénito. Son pequeños adultos a los 7 y no siempre se llevan con gente de su edad. Suelen gustarles meterse con los adultos y les va bien en la vida. En otras palabras, las cualidades del primogénito las adquiere el hijo único.
Publicado por Othón Vélez O’Brien.