La huelga nacional convocada este jueves en Argentina prácticamente paralizó el país, sin servicio de transporte y múltiples bloqueos viales que impidieron el paso a miles de trabajadores que no querían adherir a la movilización.
Buenos Aires amaneció sin servicio de autobuses urbanos ni metro, además de que a nivel nacional no hubo camiones de larga distancia ni de ningún tipo de transporte, desde alimentos hasta caudales de dinero.
Tampoco había acceso en las autopistas, ya que una multitud de bloqueos impidieron el paso de todo tipo de vehículos, lo que provocó tensión, aunque hasta el mediodía no se había registrado ningún incidente.
Aunque el gobierno anunció que los gremios de actividades industriales, comerciales, bancarias, docentes y de servicios públicos trabajarían con normalidad, este jueves pareció más bien un día feriado.
El paro fue convocado por los sindicalistas Hugo Moyano y Luis Barrionuevo, quienes representan los sectores opositores de la Central General de Trabajadores, que también tiene su núcleo oficialista y no se sumó a la protesta.
Por eso es que el gobierno minimizó la movilización, ya que el jefe de Gabinete, Jorge Capitanich, la calificó esta mañana como “un gran piquete (bloqueo) nacional con paro de transporte”.
“Parece que la izquierda, que buscaba un nuevo referente, encontró también en Luis Barrionuevo a su nuevo líder”, dijo con ironía, ya que este dirigente es uno de los personajes públicos más repudiados en Argentina.
Los convocantes de la huelga manifestaron su inconformidad con los bloqueos en las autopistas, al considerar que ello desvió la atención de las demandas laborales.
“Terminan manchando un paro que es completamente legítimo”, denunció el diputado y líder del sindicato de Peajes, Facundo Moyano.
El propio Barrionuevo manifestó su desacuerdo con los bloqueos porque “afecta a la gente que quería transitar, a personas que tenían que ir a sus negocios o que no pueden llegar a distintas necesidades que puedan tener”.
Buenos Aires, 10 Abr (Notimex).