Poetas, cantautores y autores han escrito sobre los efectos intoxicantes de enamorarse. Pero según un nuevo estudio, la hormona de la oxitocina tiene efectos similares a estar borracho y no sólo los aspectos más agradables de la ebriedad.
Descubrieron que la oxitocina no sólo te hace sentir relajado, feliz y con más confianza, sino que también puede provocar agresión, celos y arrogancia.
La oxitocina se produce en el hipotálamo y juega un papel importante en crear vínculos con otros, enamorarse y crear amistades. Científicos hicieron pruebas con voluntarios para investigar si los efectos de beber alcohol eran similares a aquellos que produce la oxitocina que fue administrada en spray para la nariz.
Ambos afectan distintos receptores en el cerebro, pero causan acciones en común. La oxitocina incrementa comportamientos sociales como el altruismo, la generosidad y la empatía al mismo tiempo que nos hace confiar más en otros. Esto sucede porque la hormona parece ponerle alto a inhibidores sociales como el miedo, la ansiedad y el estrés de la misma manera en la que el alcohol funciona.
Sin embargo, los investigadores advierten en contra de la automedicación de tanto la hormona como de un pequeño trago para ayudar con la confianza en momentos difíciles. Aparte de las preocupaciones de tu bienestar con relación al consumo frecuente de alcohol, existen unos efectos menos deseados que tanto el alcohol como la oxitocina pueden facilitar.
La gente puede volverse más agresiva, presumida, celosa de aquellos que consideran competencia y favorecen a su grupo a costa de otros. Los componentes también pueden afectar tu sentido del miedo que normalmente funciona para protegernos de peligros.
Una dosis de cualquiera de los compuestos pueden influenciar cómo tratamos a los demás al incrementar nuestra percepción de confianza, lo cual incrementaría aún más el peligro de tomar riesgos innecesarios.
Publicado por Othón Vélez O’Brien.