Los sueños siempre han sido materia de las más variadas interpretaciones, al igual que la explicación de por qué se sueñan o cuál es la causa de que algunas personas recuerden sus sueños y otras los olviden por completo.

Este último aspecto fue estudiado específicamente por un grupo de científicos del Centro de Investigaciones de Neurociencia, en la ciudad de Lyon, Francia. Estudiaron a 21 voluntarios que eran capaces de recordar lo que habían soñado un promedio de 5,2 días de la semana. También analizaron a 20 que recordaban poco de sus sueños y les pasaba, en promedio, dos veces al mes.

Las pruebas

A todos los voluntarios les pusieron electrodos en su cabeza para registrar la actividad cerebral. Así, vieron que los que habitualmente recordaban sus sueños tenían un oído más sensible, tanto mientras dormían como cuando estaban despiertos.

Además, los que mejor recordaban lo que evocaban en las noches tenían pequeños momentos en que se despertaban al final de cada ciclo de sueño. Esto les permitiría recordar mejor los contenidos.

Por último, los investigadores tomaron imágenes cerebrales y vieron que quienes recordaban con mayor frecuencia tenían dos zonas cerebrales muy activas tanto cuando dormían como cuando estaban en vigilia. Se trataba de las áreas que están involucradas en la orientación de la atención hacia los estímulos externos.

“Esto puede explicar por qué los ‘buenos recordadores’ reaccionan más a los estímulos ambientales, están más atentos incluso cuando duermen y, por lo tanto, registran mejor sus sueños en la memoria en comparación con los ‘pobres recordadores'”, explica Perrine Ruby, del Instituto Nacional de la Salud y la Investigación Médica de Francia.

Otro aporte a este hallazgo lo hizo el neuropsicólogo sudafricano Mark Solms, de la Escuela de Medicina Real de Londres, quien observó que cuando se lesionan estas áreas del cerebro que ayudan a estar atento al ambiente, la persona deja de recordar lo que sueña.

El equipo de Lyon concluyó: “los resultados sugieren que los buenos y los pobres ‘recordadores’ se diferencian en la memorización de los sueños, pero esto no excluye que ellos también puedan ser diferentes en la producción de sueños. De hecho, es posible que un buen recordador produzca mayor cantidad de sueños que las personas que recuerdan poco”, consideraron.

Robert Stickgold, neurocientista cognitivo de la Universidad de Harvard, Estados Unidos, agregó que las pruebas demuestran que las personas sueñan con temas que a nivel emocional son importantes. Incluso, pueden soñar con el desafío de resolver un problema que los tiene preocupados. Estudios realizados sobre este aspecto han obtenido que quienes sueñan más llegan a obtener el resultado antes que los que no recuerdan sueños.

El descanso

Numerosas investigaciones en los últimos meses reivindicaron la importancia de un buen descanso. Por ejemplo, un estudio de la Universidad de Cincinnati, que siguió a 1.000 adolescentes de entre 12 y 15 años, advirtió que el círculo de personas más cercanas en la etapa de la adolescencia puede influir más en los hábitos de sueño que la propia biología.

El director del estudio, el profesor de Sociología David Maume, declaró que los jóvenes que dormían más y mejor se sentían parte del entorno de sus escuelas o tenían amigos que se involucraban en su vida académica y social.

El buen descanso permite al cerebro limpiarse de los residuos acumulados durante la víspera gracias a un mecanismo descubierto recientemente, y que está sobre todo activo durante el descanso, mostró una investigación publicada en octubre del año pasado.

Para este trabajo de limpieza el cerebro utiliza un sistema único llamado “glinfático”, de alta actividad durante el descanso y que permite limpiar la mayor parte de toxinas responsables de enfermedades como el alzhéimer.

Dispositivos

La empresa iWinks desarrolló un dispositivo que podría inducir sueños, lo que permitiría dar al usuario la oportunidad de “crear” sus propios sueños. Este nuevo dispositivo, llamado Aurora, consta de una banda elástica que se coloca alrededor de la cabeza y posee sensores que monitorean las ondas cerebrales y el movimiento de los ojos, lo que determina las distintas fases del sueño de quien lo utiliza.

El equipo, que se conecta al teléfono celular, activa luces y sonidos especiales preprogramados que ayudan a mantener al usuario consciente de que está soñando mientras está dormido, lo que le permitiría tomar control de los sueños sin despertarse, algo anhelado por muchos.

Fuete: El Comercio