Apenas saliste con él en una cita y ya estás pensando en la boda. Sabes que te apresuras demasiado pero no sabes cómo parar. Aquí te explicamos unas razones para este comportamiento y te damos unos consejos para llevarlo mejor y con más calma.

Tienes problemas de abandono

Quizá uno de tus padres era ausente o nada más te sentías sola cuando eras chiquita. Claro, lo superaste y eres una luchadora por ello, pero eso no significa que no te afecte ahora.

Si te clavas demasiado rápido con la gente, puede ser porque estás tan acostumbrada a perder gente en tu vida que te aferras a cualquiera que se te acerque.

Esto es natural, pero no es muy sano. Buscar terapia ayuda para resolver estos problemas cuando se trata de corregir algún comportamiento.

No te sientes cómoda con tu propia compañía

Si no te amas, valoras y aprecias como una persona individual, te costará trabajo estar cómoda contigo misma y la única manera de lidiar con esto es aferrándote a la persona con la que estés saliendo.

En vez de hacer eso, trabajo en descubrir más sobre quién eres y cómo apreciar a esa persona más. Cuando te sientes bien contigo misma, dejarás de buscar ser parte de una pareja con tanta desesperación.

Te guías por tu corazón, no tu cabeza

Es difícil mantener la lógica cuando conoces a alguien que te gusta mucho con quien es mutua la sensación. Esto es particularmente cierto si tienes un historial de malas relaciones.

Pierdes la cabeza cuando tu corazón se apodera cada que conoces a alguien nuevo, pero es importante dejar que entre de vez en cuando la razón también.

Si le haces caso a la razón, verás que te dirá que le bajes a la velocidad y que te des chance de conocer a esta persona un poco antes de irte al máximo en tus relaciones.

Confías en los hombres con demasiada facilidad

Es posible que regales tu confianza con demasiada facilidad, lo cual te dará una falsa sensación de familiaridad con hombres que causa que te aferres de manera prematura, convenciéndote de que sabes con quién te estás metiendo.

Recuerda que esa confianza se la tienen que ganar, no se la regales a todos sólo por cómo eres. Dale tiempo, no te apresures tanto todo el tiempo.

Publicado por Othón Vélez O’Brien.