Portal

Val Shute investiga la psicología detrás de la educación en la Universidad de Florida. Ella y otros dos investigadores diseñaron un estudio comparando Portal 2 con Lumosity, un juego popular que se usa para entrenar el cerebro y se vende como un ejercicio mental.

Tras ocho horas de juego, jugadores de Portal 2 demostraron mayor mejoramiento en unas habilidades cognitivas básicas que los jugadores de Lumosity. En ninguna de las pruebas salieron más altos los jugadores de Lumosity que los que jugaron Portal 2.

“Si juegos de entretenimiento en realidad hacen un mejor trabajo que juegos diseñados para la neuroplasticidad, esto indica que hay algo que claramente no entendemos sobre la neuroplasticidad,” dice Shute.

El estudio de Shute no es suficiente para decir que Portal 2 es mejor que Lumosity, pero si hace notar unos problemas interesantes.

La neuroplasticidad es la idea de que el cerbero, en particular en adultos, puede crecer y cambiar con entrenamiento, aprendizaje y juego.

Este estudio juega con previos estudios diciendo que muchos videojuegos diseñados para entretener tienen efectos positivos para el cerebro, mientras que no todos los productos comerciales que se venden para mejorar tus funciones cognitivas funcionan como prometen.

“¿Hemos descubierto el secreto para la neuroplasticidad o simplemente los juegos comerciales son mejores?”

Shute tiene una pequeña esperanza por su estudio: que promoverá a otros científicos estudiando los beneficios cognitivos de jugar videojuegos que usen controles más rigurosos. Con frecuencia, estudios de video juegos comparan juegos bien diseñados y sofisticados con algo simple como solitario o Tetris. Esa comparación no es justa porque los participantes del estudio ya anticiparán no mejorar sus cerebros con el juego de solitario mientras que si esperarán un mejoramiento con un juego más sofisticado.

“Un método más conservador es tener algo igual de plausible y activo,” dice Shute. Juego conocidos para entrenar el cerebro como Lumosity entrarían en esta categoría.”

Publicado por Othón Vélez O’Brien.