En el lenguaje financiero, se habla de que una persona “tiene buen crédito” cuando ha demostrado en el pasado que es capaz de pagar sus préstamos de manera adecuada.

Seguramente has escuchado hablar hasta el cansancio acerca del crédito y qué tan importante es el mantenerlo en un buen puntaje; pero, ¿qué es el crédito y en qué consiste?

El crédito se puede definir con cuatro palabras: la reputación como prestatario.

¿Y por qué es tan importante?

Muy simple, el crédito actúa como un espejo que refleja las acciones de un individuo frente a las deudas. Es decir, expone el historial de pagos realizados, la cantidad de deudas y el saldo de cada una en relación al límite del préstamo y el tipo de préstamo, entre otros. Hay que recordar que no todos los préstamos son iguales. Por ejemplo, la deuda de una tarjeta de crédito es de una naturaleza diferente a la deuda por un préstamo hipotecario. En simples palabras, se podría decir que el crédito es una hoja de vida sobre cómo hemos hecho frente a nuestras deudas.

La información que conforma el crédito personal de una persona, y que revela la actividad financiera de la misma, se basa en los llamados reportes de crédito formados por el historial crediticio.

La información impregnada en estos reportes es proporcionada por prestamistas y entidades financieras, en los que se expone el comportamiento y naturaleza del endeudamiento de una persona. Esto incluye la cantidad prestada, el proceso de recompensación, el porcentaje o saldo de deuda en relación al límite del préstamo, y el tiempo que toma devolver por completo la cantidad de la deuda.

El crédito es importante, ya que representa la confianza depositada en una persona a la hora de devolver un dinero prestado y/o financiado.

El crédito: una herramienta de doble filo

Si el crédito es un reflejo de nuestra identidad económica, puede ser o bien una herramienta positiva o negativa que pudiera traer consigo consecuencias duras.

Si se es muy cuidadoso con el manejo de las deudas, los gastos y los préstamos, el crédito puede convertirse en aquella herramienta que nos ayude a alcanzar ciertas metas de modo más rápido; tales como la compra de la casa añorada, un automóvil, asistencia para completar una carrera universitaria y cumplir con sueños profesionales, o bien esa mano necesaria cuando se presenta algún imprevisto que causa la pérdida de balance y/o estabilidad de la vida diaria.

El crédito, así como puede ayudar también puede convertirse en un obstáculo que limite el desarrollo y el avance. Sobre gastar o endeudarse en mayor cantidad en relación a los ingresos, puede convertirse en un comportamiento irresponsable que ponga en riesgo la salud financiera y por ende puede transformarse en una mancha indeleble en la hoja de vida crediticia, sobre todo, si se incumplen los pagos de esas deudas.

El crédito es fundamental hoy en día

La realidad es que se vive en una época en donde el crédito ha pasado de ser un lujo a una necesidad. Su papel es mucho más que una facilidad para comprar, puesto que, es aquel escalón que nos permite mejorar y hasta hacer que aquellos sueños que creíamos inalcanzables se materialicen y se convierten en realidad.

El tener el acceso más fácil a disfrutar de ciertas cosas, tales como: ir de paseo a un parque de diversiones, comer en restaurantes los fines de semana, asistir al cine con amigos o bien comprarse zapatos deportivos, es algo que efectivamente nos da armonía y felicidad. Y es precisamente por esa razón que el crédito debe ser muy bien utilizado, disciplinadamente y sobre todo no debe abusarse de él. Si se cuida el crédito, se cuida el futuro y la tranquilidad.

Fuente: Univisión