¿Conoces ese momento donde te das cuenta que el espresso triple quizá haya sido demasiado y te encuentras con las manos temblorosas mientras te limpias sudor de la frente? Significa que te pasaste con la dosis de cafeína.
Lo bueno es que este efecto ligero por pasarte de tazas de café no son peligrosos. Pero aún así, que tu corazón se sienta como los bajos del dubstep no es agradable. Lo malo es que te sentirás así por un buen rato.
La cafeína normalmente toma entre cuatro a seis horas para dejar de hacer efecto. Sin embargo, existe un rango de cómo la gente metaboliza este estimulante. Tu peso, genética y tolerancia determinarán cuánto te afectará la cafeína y por cuánto tiempo. Desafortunadamente, no hay mucho que puedas hacer para acelerar ese proceso.
Sugerimos que te hidrates bien para sacar la cafeína de tu organismo, el ejercicio también puede ayudar ya que quemas la energía excesiva al mismo tiempo que aceleras tu metabolismo.
Si empiezas a sentir pánico, recomendamos que respires profundamente y recuerda que es una situación inducida por un químico que terminará pronto ya que la cafeína es un estimulante del sistema nervioso central.
Afecta la química de tu organismo de manera que nos hace entrar en un modo de pelear o huir, así que perder la compostura empeorará la situación.
¿Quieres evitar entrar en este estado otra vez en el futuro?
Limita tu consumo de cafeína a 400 miligramos por día. La mayoría del café tiene entre 80 a 200 miligramos por taza.
Dos o tres tazas no deberían de ser problema, hasta cuatro si eres tolerante a la cafeína. Pero más de eso y estás buscando problemas.
Si empiezas a sentir náuseas o mareos, podrías estar al borde de una sobredosis de verdad. Aunque sean raras, las sobredosis de cafeína pueden ser graves, especialmente si tienes algún problema con el corazón o la presión alta.
Una sobredosis puede causar problemas con el ritmo de tu corazón, un infarto, vasoconstricción o presión elevada. Si crees que realmente te pasaste de cafeína y vas a tener una sobredosis severa, deberías de ir a la sala de urgencias.
Publicado por Othón Vélez O’Brien.