Como si no tuvieras ya suficientes fluidos corporales de los cuales preocuparte, ahora resulta que debes tener cuidado de cualquier fluido que salga de tu ombligo. Afortunadamente no es tan común como otros problemas del ombligo, como malos olores.

Aquí te explicamos un poco sobre los problemas del ombligo:

Si te huele mal el ombligo

Normalmente no es nada de qué preocuparse, sólo es una acumulación de material queratináceo.

Las células de la piel se mudan cada dos a cuatro semanas. Las células deben ser mudadas y pueden atorarse en el camino de si caída en tu cuerpo.

Como imaginarás, es mucho más probable que gente con ombligos profundos les huela mal el ombligo por lo mismo. La solución es simple, nada más tienes que limpiar tu ombligo regularmente.

Si tienes una secreción en el ombligo

Las infecciones en el ombligo no son muy comunes, pero sí suceden. Normalmente le pasa a gente que esté manipulando la zona, digamos con una perforación o alguna cirugía.

Normalmente la secreción del ombligo será un blanco pálido, amarriento o ligeramente verde, y tendrá aspecto como de mocos cuando estás enfermo. También puede emitir un olor ácido desagradable, que es otra señal de infección.

También podría ser debido a un quiste epidermoide rupturado y puede infectarse en el ombligo a veces. Se sentirá sensible, se verá rojo y puede que haya secreción presente.

Si crees que es una infección, acude al médico.

Si tienes un sarpullido y comezón alrededor del ombligo

Podría ser dermatitis de contacto, normalmente una alergia al níquel por algún arete en el ombligo o quizá por un cinturón con hebilla de níquel.

Si sabes que tienes una alergia al níquel, puedes comprar unas pruebas que son para determinar si algo contiene níquel o puedes comprar una solución que se lo aplicas al metal como una barrera para protegerte.

Publicado por Othón Vélez O’Brien.