Entre los dos y los cuatro años el cerebro abre una importante ventana para el desarrollo del lenguaje. Esta fue la conclusión de un estudio realizado por científicos británicos y estadounidenses.
Según los expertos, las influencias ambientales tienen el mayor impacto antes de los cuatro años, mientras se desarrolla el sistema de circuitos del cerebro para procesar palabras nuevas.
La investigación publicada en The Journal of Neuroscience sugiere que los trastornos que causan dificultades de aprendizaje en el lenguaje deberían ser abordados más temprano.
También explica por qué los niños pequeños son tan buenos para aprender más de un idioma.
Los científicos del King’s College de Londres y la Universidad de Brown en Estados Unidos estudiaron a 108 niños con desarrollo normal entre las edades de uno a seis años.
Utilizaron escáner cerebral para fijarse en la mielina, el aislamiento térmico que se desarrolla desde el nacimiento en el sistema de circuitos del cerebro.
Para su sorpresa, descubrieron que la distribución de mielina es fija a partir de los cuatro años, lo que sugiere que el cerebro es más plástico a muy temprana edad.
Los expertos predicen que cualquier influencia ambiental en el desarrollo del cerebro será más fuerte durante la infancia.
Además de facilitar que los niños sean bilingües, estos resultados también sugieren que existe un momento crítico durante el desarrollo cuando la influencia ambiental en las habilidades cognitivas puede ser mayor.
El doctor Jonathan O’Muircheartaigh, de King’s College de Londres y jefe del estudio, le dijo a la BBC que “debido a que nuestro trabajo pareciera indicar que los circuitos del cerebro asociados al lenguaje son más flexibles antes de los cuatro años, una intervención temprana para los niños con retrasos en el lenguaje debería ser iniciado antes de esta edad crítica”.
“Esto puede ser crítico para muchos trastornos de desarrollo, como el autismo, debido a que los problemas del lenguaje son una característica temprana común”, agregó.
Aumentando el vocabulario
La infancia temprana es la época en que el lenguaje se desarrolla con mayor rapidez. A los 12 meses, los bebés pueden decir palabras simples como “mamá” y “papá”, un vocabulario que se va enriqueciendo de manera exponencial hasta los 6 años, que el niño tiene conocimiento de unas 5.000 palabras.
Las habilidades del lenguaje se localizan en la región frontal izquierda del cerebro.
Los investigadores esperaban que se desarrollara más mielina en esa área, en la medida que los niños aprendían más palabras.
Lo que descubrieron es que se mantiene constante, lo que sugiere que existe una ventana crucial para intervenir en trastornos de desarrollo.
“Este trabajo es importante pues es el primero que investiga la relación entre la estructura del cerebro y el lenguaje durante la infancia temprana, también demuestra cómo esta relación cambia con la edad”, explicó el doctor Sean Deoni de la Universidad de Brown, coautor del estudio.
“Es importante debido a que es común que el lenguaje esté alterado o retrasado en varios trastornos de desarrollo, como el autismo”.
Por su parte, la profesora Dorothy Bishop, del departamento de neuropsicología de la Universidad de Oxford, dijo que el trabajo ofrece una nueva información importante sobre el desarrollo temprano de las conexiones en las regiones del cerebro que son clave para las funciones cognitivas.
“Pero es muy pronto para estar seguro sobre las implicaciones funcionales del resultado (del estudio)”, agregó.
La investigación fue financiada por el Instituto Nacional para la Salud Mental en EE.UU., y la fundación Wellcome, en Reino Unido.
Fuente: (BBC)