Un grupo de investigación ha estudiado por casi tres años a gente que reporta padecer síntomas de enfermedades después de abordar recientemente un avión comercial. Los científicos estudiaron a 140 pacientes que reportaron síntomas, principalmente gente que trabaja a bordo de aviones.

Hicieron pruebas de sangre y de orina tomados inmediatamente después del vuelo.

Junto con organofosfatos, conocidos por tener efectos negativos en las enzimas del cuerpo humano, los investigadores descubrieron rastros de componentes orgánicos volátiles. Los efectos de estos componentes pueden variar desde irritación en los ductos respiratorios hasta efectos nocivos al sistema nervioso y cardiovascular.

Los investigadores creen que estos componentes volátiles podrían ser liberados del queroseno, aceites o anticongelante en el motor del avión que puede ser filtrado al interior del avión.

El aire de la cabina normalmente proviene de los motores del avión. Estos motores se han descubierto con frecuencia contaminados con aceite o anticongelante, resultando en problemas con los vapores que se han registrado desde los años 50.

Entre el 2006 y el 2013, la autoridad de accidentes aéreos de Alemania registró 663 sucesos por humo. En el 2010 un piloto y su copiloto tuvieron que usar su máscara de aire después de detectar un olor a quemado mientras aterrizaban.

A pesar de la gran cantidad de incidentes que han habido, no existen evidencias científicas de que el aire dentro de aviones puede enfermarte. Es probable que los empleados del avión sean más afectados que el resto de los pasajeros.

Publicado por Othón Vélez O’Brien.