Por años las empresas de cuidado de la piel han categorizado los tipos de piel por el aceite que producen, el problema con esto esta que está sobre simplificado y no describe todas las cualidades de tu piel.

Hay que considerar factores como la dieta, genética y el estilo de vida para tratar correctamente tu piel. Aquí te explicamos brevemente los tipos de piel que hay y cómo tratarlos:

Piel adaptiva

Esta piel tiene poder de recuperación, es balanceada y puede lidiar con cambios. Reacciona bien a nuevos productos y diferentes tipos de clima. Visualmente tiene poros tamaño promedio y casi no tiene granos.

Lava inteligentemente: quieres remover el maquillaje y escombros sin eliminar los aceites protectores de la piel.

Humecta regulamente: en las noches y las mañanas, aplica un poco de crema humectante ligera para mantener la piel suave e hidratada.

Dieta: es importante comer sano con más verduras. Multi-vitaminas diarias que incluyen vitamina A, C y E son recomendados.

Piel reactiva a las hormonas

Esta piel es susceptible a acné o ser grasoso. Esta piel suele ser afectada por andrógenos que estimulan las glándulas sebáceas para engrandecerlas, producir aceite de más y tapan los poros.

Usa un suero aclarador: busca una fórmula con ácido salicilico. Tiene propiedades anti inflamatorias y limpia los poros congestionados disolviendo el aceite.

No te saltes el humectante: aún tienes que hidratar la piel porque la piel deshidratada produce más aceite.

Exfolia regularmente: es importante para remover las células muertas de los poros y el aceite.

Dieta: consume menos dulces y lácteos. Ambos son inflamatorios y el azúcar aumenta la glucosa en la sangre, lo cual causa más actividad de andrógenos. Prueba un suplemento de zinc, se cree que reduce la inflamación e inhibe los andrógenos.

Piel reactiva al estrés

Si lidias con eczema o rosacea significa que tu piel es muy sensible a condiciones como la falta de sueño, dieta poco sana y un estilo de vida de alta presión y cambios de clima.

Limpia gentilmente: usa enjuagues para la cara sin sulfatos o jabones fuertes porque pueden debilitar más tu capa protectora de la piel. Usa fórmulas sin espuma y enjuaga con agua fría.

Sana con botánicas: en lugar de sueros con ácidos fuertes y activos usa algo más gentil.

Alivia la piel con una crema de calendula: esta flor es perfecta para la piel estresada debido a sus propiedades anti-inflamatorias.

Dieta: evita carnes rojas, lácteos y comida picante cuando sea posible, crean ácidos y calor en la piel que puede hacer que se vuelva roja. Aumenta tu consumo de omega-3 para ayudar al piel resistir la irritación.

Piel madura

Esta piel es delgada, carece de humedad y muestra señales de envejecimiento. Puede llegar a cualquier edad este tipo de piel.

Exfolia mientras limpias: la piel madura no elimina las células muertas de la superficie tan rápido, lo cual puede darle una apariencia opaca. Un exfoliante elimina esas células y hace ver tu piel más viva.

Hidrátate: tu complexión necesita humedad. Aumenta la hidratación con ácidohialurónico, un humectante que atrae la humedad hacia la piel.

Minimiza las líneas con retinol: este derivado de la vitamina A aumenta el ciclo de reciclación de la piel y promueve la producción de colágeno.

Dieta: evita el azúcar, porque lleva a glicación, que causa que el colágeno y la estastina se vuelvan tiesas y acelera el proceso de envejecimiento.

Publicado por Othón Vélez O’Brien.